La principal testigo electoral de la oposición venezolana declara un mínimo porcentaje de incidencias

La testigo principal de la oposición venezolana ante la comisión electoral del país, Delsa Solórzano, ha explicado a última hora de este pasado viernes que el porcentaje de incidencias detectado en la preparación de las mesas electorales de cara a los comicios del domingo no llega al 1 por ciento. "No nos alarmemos", ha declarado Solórzano en rueda de prensa recogida por los medios venezolanos. "De 30.026 mesas", ha indicado Solórzano, su equipo ha detectado "menos del 1 por ciento de incidencias (porque) nuestros testigos estaban ahí, y porque saben defender los derechos constitucionales de los venezolanos". Venezuela celebra este domingo unas elecciones presidenciales en las que Nicolás Maduro busca asentarse en el poder con un tercer mandato, si bien gran parte de las encuestas dan la victoria otorgan la victoria al frente opositor, que se ha tenido que conformar con presentar al exdiplomático Edmundo González como candidato después de que María Corina Machado, triunfadora de las primarias, fuera inhabilitada por la Justicia. "Esto amerita una felicitación a los testigos", ha añadido Solórzano, testigo electoral de González, antes de insistir en que "este porcentaje, gracias a Dios, es bastante bajo". Entre las incidencias que declaró se encuentran ejemplos como la instalación de mesas electorales antes de tiempo o problemas técnicos en la lectura del código electrónico de acreditación de testigos, "pero para que podamos hablar de patrón tiene que haber un porcentaje muy elevado" de éstas. "Es una muy buena noticia porque significa que nuestros testigos están ahí", ha declarado la testigo antes de realizar un llamamiento al voto en los comicios del domingo y exhortar al cumplimiento de la ley. "Nuestro objetivo es evitar rumores y alarmas que probablemente les convienen a otros candidatos", ha indicado. La mayoría de las encuestas apuntan a una victoria de González con hasta 26 puntos más que Maduro, lo que abriría las puertas del Palacio de Miraflores a la oposición 25 años después del triunfo de la revolución bolivariana de Chávez, quien desde entonces gobernó durante 14 años. Chávez gozó de un amplio apoyo popular en la mayoría de elecciones pero tuvo que hacer frente a varios intento de golpe de Estado en 2002, cuando incluso pasó cuatro días en prisión.