Australia y Nueva Zelanda ejercen de favoritas con el acecho de Francia

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Redacción Deportes, 27 jul (EFE).- El torneo olímpico femenino de rugby 7, que se celebra entre este domingo y el próximo martes en el estadio de Saint Denis, se presenta como un duelo entre las campeonas en Río y Tokio, Australia y Nueva Zelanda, con Francia tratando de aguar la fiesta de los dos gigantes oceánicos.

Las anfitrionas, único equipo que la pasada temporada logró batir tanto a australianas como neozelandesas, nunca han ganado un torneo del principal circuito internacional, pero confían en el factor campo para romper su maldición en las finales, ya que son subcampeonas del mundo (2018), olímpicas (2020) y de las Series Mundiales (2024).

Siete de las doce titulares de Francia se colgaron la plata en Tokio, incluida la nominada como mejor jugadora en la capital japonesa, la ala Anne-Cecile Ciofani, y este equipo coriáceo en defensa ha sido reforzado durante la olimpiada con mujeres hábiles en la finalización como Joanna Grisez y Lou Noel.

La calidad del equipo francés, sin embargo, no basta para desbancar del pedestal de la favorita a una Australia campeona mundial en 2022 y de las Series Mundiales hace menos de dos meses, que aún basa su fuerza en dos veteranas que ganaron el oro olímpico hace ocho años: Charlotte Caslick y Sharni Smale-Williams.

El factor diferencial de las australianas, pese a todo, reside en sus alas y especialmente en Madison Levi, una incontenible velocista que ha anotado más de sesenta ensayos en la temporada de las Series Mundiales y a la que las defensas vigilan con sumo cuidado, lo que abre espacios para su hermana Teagan y para Faith Nathan, las otras dos rematadoras del equipo.

Nueva Zelanda es la selección que menos ha variado desde Tokio 2020, donde ganó el oro con ocho de las doce jugadoras convocadas para París 2024, aunque se presenta en la capital francesa con la añadidura de Jorja Miller, una centro de físico imponente que irrumpió con fuerza en el circuito hace dos temporadas.

Las neozelandesas ganaron de forma consecutiva los cuatro torneos de las Series Mundiales celebrados entre febrero y mayo, gracias a una serie de veinticuatro partidos invictas durante la cual la velocidad de la legendaria Portia Woodman -máxima anotadora de la historia del rugby 7 femenino- y de Michaela Blyde causó estragos entre las rivales.

Irlanda, campeona en Perth el pasado invierno, es la única selección, más allá de Nueva Zelanda y Australia, que ha logrado ganar un torneo de las Series Mundiales en las dos últimas campañas, por lo que es un equipo que merece mucho crédito gracias a la calidad de las veteranas Amee Leigh Murphy-Crowe y Stacey Flood.

Otros dos equipos, Estados Unidos y Fiyi, poseen argumentos para sorprender a las favoritas, sobre todo el equipo polinesio, bronce en Tokio 2020 y a cuyo elenco se ha incorporado Kolora Lomani, que no posee experiencia en 'seven' pero que es una de las estrellas de los Brumbies de Camberra en la modalidad tradicional de XV.

La otra mitad de los participantes -Canadá, Gran Bretaña, Brasil, China, Japón y Sudáfrica- no parecen en condiciones de pelear por los puestos cabeceros y deberán conformarse con arañar alguna victoria que las clasifique para los cuartos de final. EFE

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lhg/jpd

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