Bazoum, el presidente depuesto de Níger que lleva un año "secuestrado" en su residencia

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María Traspaderne

Rabat, 26 jul (EFE).- Mohamed Bazoum, el presidente de Níger depuesto hace un año tras un golpe militar, permanece desde entonces "secuestrado" junto a su mujer en unas dependencias dentro del Palacio Presidencial de Niamey, sin teléfono móvil y con el solo acceso al mundo exterior de la visita semanal de un médico que le lleva comida y libros.

El 23 de julio de 2023 amaneció con el acceso a la residencia donde estaban Bazoum, su esposa e hijo, bloqueado por miembros de la Guardia Presidencial, el cuerpo dedicado precisamente a protegerle y cuyo comandante, el general Abdourahamane Tiani, encabezó el golpe de Estado que se hizo con el poder sin resistencia.

En los días siguientes, este presidente elegido en 2021 y el único civil en toda la región de Sahel, consiguió hablar por teléfono desde el palacio con varios líderes internacionales, como Antony Blinken o Josep Borrell, publicó un mensaje en redes llamando a la restauración de la democracia y una columna en un diario estadounidense. Fueron sus últimos mensajes conocidos hasta hoy.

Unas semanas después, el bloque regional de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao) advirtió de que estaba detenido "en condiciones inhumanas", sin atención médica, poca agua, electricidad y comida fresca y que su hijo había perdido muchos kilos.

Poco más se supo de Bazoum hasta que, el 20 de octubre, la junta militar en el poder anunció que había intentado fugasrse de madrugada junto con su familia, dos cocineros y dos miembros de seguridad, y ayudado por una "potencia extranjera" que les iba a trasladar en helicóptero a Nigeria.

A partir de ese momento, explican a EFE dos fuentes de su entorno, se le trasladó a otras dependencias del palacio más pequeñas y se le quitó el móvil, de manera que la familia quedó incomunicada del mundo exterior.

En diciembre, un tribunal de la Cedeao ordenó la liberación y restitución en el poder de Bazoum, una decisión obviada por la junta, pero el 9 de enero de este año un tribunal militar nigerino decretó la libertad de su hijo, Salem Mohamed Bazoum, de 23 años, que reside en Togo acogido por su gobierno aunque sigue acusado formalmente de "complot con el objetivo de atentar contra la seguridad del Estado".

Quedaron así en la residencia presidencial Bazoum, su mujer Hadiza y los dos cocineros, en un espacio que engloba un salón-dormitorio, una cocina, un baño y un largo y estrecho pasillo que recorren varias veces al día para intentar mantener su cuerpo activo.

Su único contacto con el exterior es la visita dos veces a la semana de su médico, que les lleva comida y libros de autores como Voltaire o Tolstoi. "De salud está bien, el problema es la moral, que es difícil de mantener", explica una de las fuentes, y la otra detalla cómo durante estos meses el matrimonio ha padecido malaria en su reclusión.

Bazoum, dice a EFE su letrado en Níger, Moussa Coulibaly, no está imputado de ningún delito, pero su situación jurídica puede cambiar después de que el pasado 14 de junio un tribunal creado por la junta militar, la Corte de Estado, levantara su inmunidad.

"La suya es una detención arbitraria, está secuestrado", denuncia Coulibaly, exdecano del Colegio de Abogados del país, que añade que penden sobre él amenazas de que un tribunal militar le acuse de "complot para atentar contra la seguridad del Estado y traición".

Ese tribunal militar, explica el abogado, está formado por cuatro personas, de las cuales solo una es un magistrado y el resto son militares sin formación en leyes nombrados por la junta.

"Un tribunal así no puede garantizar sus derechos", explica el letrado, que añade que el equipo de defensa de Bazoum -formado también por abogados de Senegal, Costa de Marfil, Mauritania y EE.UU.- recurrirá a todas las instancias para conseguir su liberación. EFE

mt/rml

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