Alemán condenado a muerte en Bielorrusia lamenta sus acciones y confía en indulto

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Moscú, 26 jul (EFE).- El alemán Rico Krieger, condenado a muerte en Bielorrusia por terrorismo, lamentó sus acciones en una entrevista divulgada por el canal estatal Belarus-1 y confió en el indulto del presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko.

"Lamento muchísimo lo que hice. Cada minuto y cada segundo lo lamento (...) Espero mucho que el presidente Lukashenko me perdone y me indulte", dice Krieger en sus declaraciones, grabadas en una celda carcelaria.

Krieger aseguró que había actuado por indicaciones del servicio de seguridad ucraniano que le ordenó fotografiar instalaciones militares en Bielorrusia y le indicó el lugar donde tenía que dejar una mochila que luego explotó sin causar víctimas.

El alemán aseguró que se siente "totalmente abandonado" por el Gobierno alemán y los únicos que luchan por su vida y presionan a Berlín para que "dé algún paso" son sus padres y su abuela.

Pero por el momento, cree que Alemania no ha querido establecer un contacto con Bielorrusia para abordar su futuro.

"El tiempo juega en mi contra. En cualquier momento pueden ejecutar la condena", asegura Krieger en el vídeo y agrega que tiene "mucho miedo".

Krieger, de 30 años y que trabajó para la Cruz Roja de Alemania, fue apresado por combatir en Ucrania como parte de una agrupación de voluntarios -Regimiento Kastus Kalinouski- considerada extremista en Bielorrusia, principal aliado de la campaña militar rusa en el país vecino.

La pena de ejecución por fusilamiento fue dictada a finales de junio pasado, aunque el Ministerio de Exteriores bielorruso reconoció la pasada semana que mantiene contactos con sus contrapartes germanos.

Según la radio pública alemana Deutschlandfunk, fuentes del propio ministerio que dirige Annalena Baerbock aseguraron que la diplomacia alemana "se esfuerza por que no se aplique en Bielorrusia una condena a muerte contra un ciudadano alemán".

Mientras, la oposición bielorrusa cree que Krieger podría ser canjeado por el chechén Vadim Krásikov, encarcelado en Alemania por el asesinato de un ciudadano georgiano.

Bielorrusia, país dirigido desde hace treinta años por el autoritario Lukashenko, es el único país europeo en el que aún se aplica la pena de muerte. EFE

mos/ah

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