Manuel Fuentes
Redacción América, 25 jul (EFE).- El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha recibido en vísperas de las elecciones de este domingo una serie de advertencias de destacados gobernantes de izquierda latinomericanos, como el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, el colombiano Gustavo Petro y el chileno Gabriel Boric, además de la hondureña Xiomara Castro, en tanto que el boliviano Luis Arce se ha mostrado más tibio, y el cubano Miguel Díaz-Canel y el nicaragüense Daniel Ortega le han mostrado su pleno respaldo.
Maduro, por su parte, describió estas elecciones como un momento decisivo para Venezuela, en el que se escogerá entre la "guerra o paz, democracia o fascismo". Durante su campaña, enfatizó que el futuro del país para los próximos 50 años depende de estos comicios.
“El 28 de julio, si no quieren que Venezuela caiga en un baño de sangre, en una guerra civil fratricida producto de los fascistas, garanticemos el más grande éxito, la más grande victoria de la historia electoral de nuestro pueblo”, proclamó el líder chavista el pasado 17 de julio durante un acto electoral en Caracas.
Sin embargo, el presidente venezolano recibió críticas de diversos sectores de la izquierda latinoamericana que reflejan una preocupación compartida por sobre la dirección y las políticas implementadas por su Gobierno.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, expresó su preocupación por las declaraciones del presidente venezolano, Nicolás Maduro, sobre la posibilidad de violencia si pierde las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024.
Lula consideró estas declaraciones como peligrosas e inaceptables, subrayando que "los procesos democráticos requieren que quienes pierden las elecciones acepten los resultados pacíficamente" e insistió en la necesidad de observadores internacionales para garantizar la transparencia del proceso electoral.
"Me asustaron las declaraciones de Maduro de que si pierde las elecciones habrá un baño de sangre -dijo-; quien pierde las elecciones toma un baño de votos, no de sangre", afirmó Lula, quien añadió que "Maduro tiene que aprender: cuando ganas, te quedas; cuando pierdes, te vas".
Esta postura representa un cambio en la actitud de Lula hacia Maduro, ya que históricamente había sido más cauteloso en sus críticas.
En tanto, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, criticó la inhabilitación de María Corina Machado como candidata a la presidencia de Venezuela, una medida que calificó como un "golpe antidemocrático".
Petro expresó su preocupación por la afectación de los derechos políticos, haciendo un paralelismo con su propia experiencia de inhabilitación cuando era alcalde de Bogotá, y advirtió de que las sanciones administrativas, como la aplicada a Machado, son una violación de los derechos políticos y enfatizó la importancia de proteger estos derechos en toda su plenitud, tanto en Venezuela como en Colombia
"El derecho a elegir no es solo individual. Es de la sociedad y hoy esta discusión se evidencia muy bien en los hechos de Venezuela a la señora María Corina (Machado) y otros previamente: se les inhabilitó para participar de campañas electorales por autoridades administrativas", manifestó.
El presidente de Chile, Gabriel Boric, respaldó las declaraciones de Lula: "No se puede amenazar bajo ningún punto de vista con baños de sangre. Lo que reciben los mandatarios y los candidatos son baños de votos y esos baños de votos representan la soberanía popular, que debe ser respetada", enfatizó.
La Administración de Boric también expresó preocupaciones sobre las condiciones para elecciones libres y justas en Venezuela. El ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Alberto van Klaveren, afirmó que actualmente no se cumplen las condiciones para una elección libre, destacando la importancia de los principios democráticos y los derechos humanos en los procesos electorales.
En medio del escrutinio internacional sobre el proceso electoral y las preocupaciones sobre la privación del derecho al voto, especialmente entre los venezolanos en el extranjero, Van Klaveren enfatizó la necesidad de que la comunidad internacional facilite condiciones democráticas en Venezuela.
Por su parte, la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, manifestó su apoyo a las elecciones presidenciales en Venezuela enviando una misión de observadores para asegurar que el proceso sea "libre, justo, independiente y transparente".
En esta misma línea de moderación respecto a la situación que se vive en Venezuela, el presidente de Bolivia, Luis Arce, también mostró su respaldo a Nicolás Maduro y al proceso electoral venezolano, subrayando la importancia de la autodeterminación de los pueblos latinoamericanos y rechazando la intervención extranjera.
"Respaldamos el derecho del pueblo venezolano a decidir su futuro sin injerencias externas. Las elecciones del 28 de julio son una oportunidad para reafirmar su soberanía y avanzar hacia la estabilidad". Además, enfatizó la necesidad de que los comicios se desarrollen en un ambiente de paz y respeto.
Por su parte, Miguel Díaz-Canel, presidente de Cuba, expresó su pleno apoyo a Nicolás Maduro y a la Revolución Bolivariana, subrayando la histórica amistad y lucha conjunta entre Cuba y Venezuela.
"Sentimos... que esta es también una ocasión especial para expresarle el pleno apoyo y la solidaridad invariable de nuestro pueblo, Estado y Gobierno a la Revolución bolivariana y chavista, la unión cívico-militar de su pueblo y al liderazgo del presidente Nicolás Maduro", proclamó.
En esta misma línea, el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, dio su apoyo a Nicolás Maduro y criticó las interferencias extranjeras en los asuntos internos de Venezuela, calificándolas como intentos de desestabilización.
"Maduro ha demostrado una valentía y resistencia ejemplares frente a las agresiones externas. Las elecciones del 28 de julio son un paso crucial para la soberanía de Venezuela y deben ser respetadas por la comunidad internacional". EFE
mf/gad
(foto) (video)