Natalia Kidd
Buenos Aires, 25 jul (EFE).- Los integrantes de la Guardia Veterinaria son los verdaderos 'ángeles custodios' para los cerca de 2.000 animales que participan en la 136a. edición de la Exposición de Ganadería, Agricultura e Industria Internacional, más conocida como Expo Rural, cuyas puertas estarán abiertas al público en Buenos Aires hasta el próximo domingo.
Durante esta semana, el equipo de veterinarios estará disponible las 24 horas para atender todo tipo de trastornos, problemas e incluso partos de los animales exhibidos en la más tradicional feria del sector agropecuario argentino, un servicio que, desde hace tres décadas, presta un laboratorio con foco en el bienestar animal.
Son ejemplares de ganado bovino, ovino, caprino, porcino, camélido y equino, entre otras especies de reputada excelencia genérica, que se exhiben cada año bajo estrictas normas establecidas por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria de Argentina y la Sociedad Rural Argentina.
El servicio sanitario controla los animales en sus establecimientos de origen y también al llegar al enorme recinto de la feria, histórica vidriera del potencial del campo argentino que abrió sus puertas el 18 de julio en el capitalino barrio de Palermo.
Cada animal es cuidado con celo por el personal de las cabañas expositoras: los alimentan, bañan, secan y peinan a diario. Les ponen ropa de abrigo y renuevan el heno sobre el que descansan.
Aun así, pueden presentar algún síntoma extraño o una complicación y es cuando la Guardia Veterinaria entra en acción.
"Principalmente son patologías digestivas, como diarreas o timpanismo, como en el caso de los bovinos, que es la especie que más tratamos. Y luego puede darse algún problema respiratorio", dijo a EFE Juan Charaf, coordinador de la Guardia Veterinaria, integrada por seis veterinarios y dos estudiantes de esa especialidad.
Lo más emocionante son los partos, que son frecuentes en la Expo Rural, que en cada edición visitan 1,3 millones de personas y se celebra en plena época de parición de bovinos.
Sin ir más lejos, el pasado lunes la Guardia asistió en el parto de Mariano, un ternero de la raza Angus, que nació con 33,2 kilos de peso.
"Los partos aquí son muy particulares porque hay mucha ansiedad por participar en ellos. La mayoría de las veces salen bien. El de este lunes no estaba en los planes, se adelantó un poco, pero el ternero salió perfecto", afirmó Charaf.
Un reto para los veterinarios es atender a una multiplicidad de especies y razas, aunque en esta edición no se exhiben aves para prevenir potenciales casos de gripe aviar.
"Para nosotros es un desafío porque el hecho de que vengan animales de varias zonas del país, inclusive desde el exterior, hace que técnicamente tengamos que tener la cabeza bastante abierta para poder diagnosticar patologías que pueden venir de distintos orígenes geográficos", explicó el especialista.
Aunque el objetivo prioritario de la Guardia Veterinaria es atender las urgencias, los profesionales del equipo también dedican su tiempo y esfuerzo en asesorar a los productores, veterinarios y al público que durante once días visita la Expo en cuestiones relativas al bienestar animal y las buenas prácticas.
Desde hace 31 años, la Guardia Veterinaria es un servicio que presta el laboratorio Biogénesis Bagó en la Expo Rural, que en esta edición de la feria cumple, además, 30 años con un espacio de exposición propio de sus productos y servicios orientados a la salud animal. EFE