Tres selecciones aspiran a destronar a una Fiyi que ansía el triplete

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Redacción Deportes, 23 jul (EFE).- El torneo olímpico masculino de rugby 7 que comienza este miércoles en el estadio de Saint Denis se presenta muy abierto, ya que las selecciones de Argentina, Francia y Nueva Zelanda quieren el oro conquistado en Río y Tokio por Fiyi, que ansía prolongar su leyenda en los Juegos.

Los 'Fiyianos Voladores', a despecho de una campaña sin ganar un solo torneo en las Series Mundiales -hecho inédito en la historia-, permanecen invictos en los Juegos Olímpicos desde que el rugby 7 integró el programa en 2016: han logrado doce triunfos consecutivos que le han valido dos medallas de oro.

El exjugador Osea Kolinisau ocupa el puesto en el banquillo que ostentaban en sus conquistas anteriores el inglés Ben Ryan (2016) y el galés Gareth Barber (2020), quienes lograron combinar cierta disciplina con el rugby imprevisible de los polinesios, cuyo capitán Jerry Tuwai puede convertirse en el primer hombre en ganar tres oros olímpicos en rugby 7.

Sin embargo, los pronósticos apuntan más bien al favoritismo de Argentina, bronce en Tokio y reciente subcampeona de las Series Mundiales en Madrid, al término de una campaña histórica en la que encabezó la clasificación tras la fase regular.

Santiago Gómez Cora, el seleccionador de los 'Pumas', recupera a su gran estrella, Marcos Moneta, mejor jugador de Tokio 2020 restablecido de la fractura de peroné que se produjo en primavera y que constituye la mejor baza ofensiva de un equipo que echará de menos durante buena parte de la competición a Rodrigo Isgró.

El delantero mendocino figura en la lista de Gómez Cora como reserva, puesto que debe purgar una sanción de cinco partidos a resultas de su expulsión en la final de Madrid y sólo estará disponible en el último partido del torneo.

Francia desea hacer valer su doble condición de anfitriona y campeona de las Series Mundiales para lograr su primera medalla en rugby 7 masculino, para lo que cuenta con un refuerzo de lujo: el medio de melé Antoine Dupont, capitán del XV del Gallo y estrella del Stade Toulousain, vigente campeón de Europa.

La irrupción de Dupont en el 'seven' terminó con una sequía francesa de casi dos decenios sin ganar un torneo de las Series Mundiales, algo que logró en febrero en Los Ángeles, y permitió a la selección que dirige Jerome Daret proclamarse campeona del circuito el pasado 2 de junio en la etapa final de Madrid.

Aunque el foco está sobre Dupont, el combinado galo posee más argumentos para aspirar al podio, ya que se trata de un equipo en constante crecimiento desde su fiasco por no clasificarse para Tokio 2020 y que cuenta con veteranos como Paul Riva o Steven Parez que se complementan a la perfección con jugadores de gran poderío físico como Jordan Sepho o Aaron Grandidier.

Nueva Zelanda, vigente subcampeona mundial y olímpica, intentará alcanzar el único título que le falta al laureado rugby de su país, el oro olímpico masculino, con un elenco experto, ya que ocho de los catorce convocados por el mítico Tomasi Cama lograron la plata en Tokio y cuatro de ellos participaron incluso en Río de Janeiro 2016.

Las horas de vuelo de Scott Curry o Regan Ware, maestros en las fases de disputa, convierten a los 'Black Sevens' en un equipo muy difícil de batir y los jóvenes recién incorporados al circuito como Moses Leo o Akuila Rokolisoa son los encargados de explotar los espacios con su enorme velocidad.

Otro grupo de tres selecciones -Australia, Sudáfrica e Irlanda- poseen armas para sorprender al cuarteto de favoritos, sobre todo un conjunto irlandés muy maduro, en el que destacan tres jugadores que arrancaron el 2015 el proyecto de 'seven' de su federación: Harry McNulty, Terry Kennedy y Jordan Conroy.

Los otros cinco participantes -Uruguay, Kenia, Estados Unidos, Samoa y Japón- figuran a priori un escalón por debajo y llegan a París sin otro propósito que competir en cada encuentro para llegar lo más lejos posible. EFE

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lhg/ism/ism

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