Líder estudiantil relata secuestro y tortura en violentas protestas de Bangladés

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Azad Majumder

Daca, 22 jul (EFE).- Un líder estudiantil, la cara más conocida del movimiento de estudiantes de Bangladés que tomó las calles hace más de dos semanas, relató este lunes cómo fue secuestrado, torturado por supuestos agentes de seguridad, en medio de las mortíferas protestas contra las cuotas de empleo del Gobierno.

Nahid Islam, estudiante de Sociología en la Universidad de Daca, contó su experiencia en un encuentro con un pequeño grupo de periodistas, en un una ubicación clandestina, después del presunto arresto de varios de los principales organizadores de las manifestaciones que agitan las calles de Bangladés desde hace dos semanas.

El pasado viernes, mientras el país hervía en un círculo vicioso de violencia para sofocar la agitación, un grupo de hombres que se identificaron como agentes de policía irrumpió en la casa en la que se encontraba Islam debido al toque de queda.

“¿Por qué hacemos esto (las protestas)? ¿Cuál es nuestro propósito? ¿Por qué no nos retiramos de las protestas? ¿Quién está detrás de este movimiento?”, dijo, recordando su conversación con los interrogadores.

Pero "no estaban contentos con mi respuesta (...) Me golpearon con algo como un palo de hierro y en un momento dado perdí el conocimiento", afirma Islam. "Cuando me desperté, me encontraba en las afueras de Daca", aseguró.

La familia del activista lo buscó en estaciones de policía de la capital, pero se les negó cualquier información sobre su paradero.

Las manifestaciones, convocadas principalmente por grupos de estudiantes, exigen la reforma o eliminación de un sistema de cuotas que reservaba cerca de un tercio de los puestos gubernamentales para familiares de veteranos de la guerra de independencia de 1971, un grupo visto como simpatizante del Gobierno bangladesí.

Pese a que la Corte Suprema concedió ayer el pedido de los estudiantes, la situación sigue siendo tensa e incierta, y el gobierno no ha publicado ningún dato sobre el número de muertos y heridos en los enfrentamientos con la policía. Sigue también sin conocerse el paradero de algunos estudiantes presuntamente detenidos.

"Muchos de mis compañeros coordinadores están desaparecidos y tememos por sus vidas. En Bangladés, la situación de los derechos humanos ha empeorado gravemente", dijo Islam.

Los estudiantes que protestan exigen la reforma del sistema de cuotas de empleo público, justicia para las víctimas de la represión policial y la dimisión de los responsables. También piden al gobierno que restablezca el acceso a Internet y reabra los campus universitarios.

"Sin una mejora de la situación, no es posible tomar ninguna medida", afirmó Islam.

EFE no ha podido contactar con las autoridades bangladesíes para conocer su versión de los hechos.

La violencia es ejercida en parte por la represión de las fuerzas de seguridad y la resistencia de los estudiantes. Testimonios de algunas personas han asegurado también la presencia de grupos afectos al Gobierno armados con tubos y palos.

El corte de Internet en todo el país ha impedido el acceso a información, llamadas telefónicas y mensajes de texto. Los medios digitales e impresos llevan días fuera de servicio y sólo funcionan los canales de televisión vinculados al gobierno de la primera ministra Sheikh Hasina.

Las protestas se intensificaron el lunes pasado y las primeras muertes se reportaron al día siguiente. Las comunicaciones se suspendieron el jueves por la noche, justo antes de lo que se convirtió en el día más mortífero de los disturbios con 44 muertes, según fuentes hospitalarias.

Un balance elaborado por EFE estima que al menos 130 personas han muerto en las protestas hasta ahora.

La primer ministra Hasina rechazó sumariamente las demandas de los estudiantes y llamó a los manifestantes “razakar”, un insulto político que se refiere a renegados o traidores del movimiento independentista de Bangladés, entonces parte de Pakistán.

El domingo, la Corte Suprema diluyó el sistema de cuotas, permitiendo que el 93 por ciento de los empleos estuvieran disponibles para la categoría de mérito general, con sólo el 5 por ciento reservado para familiares de los luchadores por la libertad. EFE

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