Animalistas italianos logran frenar la orden de ejecutar a un oso que atacó a un turista

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Roma, 22 jul (EFE).- Lo animalistas italianos han logrado frenar la orden de ejecución emitida por el presidente de la provincia de Trento (norte) contra un oso que atacó a un turista que paseaba solo por un bosque en el municipio de Dro, tras una decisión emitida este lunes por una corte italiana.

"Queda pendiente la adopción de las medidas más adecuadas para asegurar el eventual cautiverio del ejemplar identificado como Kj1", nombre del oso, aseguró el Tribunal Administrativo Regional de Trento, quién aceptó las peticiones presentadas por varios grupos animalistas para parar la orden de abatir al animal.

El presidente provincial, Maurizio Fugatti, emitió el domingo una orden en la que aportaba pruebas de que fue 'KJ1' el responsable del ataque, por lo que ordenó su ejecución por segunda vez tras días de polémica.

Ante las actuales circunstancias, las organizaciones animalistas han propuesto trasladar al oso a Rumanía.

El Ente Nacional para la Protección de los Animales (ENPA) ha alertado en un comunicado que temen que Kj1 sea asesinado por cazadores furtivos, como ya sucedió con anterioridad con otros dos osos a los que Fugatti también había dado orden de ejecutar.

La agresión se produjo el 16 de julio, cuando un turista sufrió heridas en piernas y brazos tras ser atacado por un oso en una zona boscosa en la que caminaba solo.

Tras el suceso, el presidente emitió una orden de ejecutar al animal, pero la Justicia la suspendió cautelarmente al argumentar que no había "una valoración definitiva de la trazabilidad real del ataque del oso".

La abogada del grupo de animalistas Onlus, Francesca Patanella, sostuvo que en Rumanía "están listos para acoger al oso" y calificó de "inútil" la orden de ejecución, "dado que existe una alternativa de traslado, por lo que puede considerarse un delito de matanza innecesaria de un animal".

Este no es el primer caso de ejecución contra un oso que genera polémica en Italia. En septiembre del pasado año, la ejecución de una osa parda en peligro de extinción generó una lluvia de protestas e incluso amenazas al hombre que realizó el disparo, que tuvo que recibir protección policial. EFE

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