(Análisis) El 470 y el 49er, grandes bazas de la vela española en aguas de Marsella

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España acudirá una vez más con un numeroso equipo para participar en la vela de los Juegos Olímpicos de París, una cita donde aspira a volver a sumar al medallero nacional apoyado sobre todo en sus dos potentes tripulaciones de las clases 470 y 49er. La vela puede presumir de ser el deporte español más laureado a nivel olímpico, con un total de 21 metales, 13 oros, cinco platas y tres bronces, aunque se ve acechado ya por el piragüismo, que suma 20 (5, 10 y 5) y con el que mantendrá una bonita pugna en la cita de la capital francesa, aunque a los regatistas les tocará navegar lejos de allí, en aguas de Marsella. Santiago Amat, con su bronce en la clase 'Dinghy' en Los Angeles 1932, estrenó un medallero que tuvo su mejor época desde Montreal 1976 a Londres 2012, donde la vela aportó 18 medallas, fallando sólo en Sydney 2000. En Río de Janeiro se cortó una racha, que volvió en Tokio hace tres años con dos bronces, en 470 masculino con Jordi Xammar y Nicolás Rodríguez, y en Finn con Joan Cardona. Un botín que podría haber sido mayor porque Diego Botín e Iago López sumaron un amargo cuarto puesto en 49er, empatados a puntos con el bronce, y Támara Echegoyen y Paula Barceló también fueron cuartas en 49erFX. Ahora, en la ciudad del sur de Francia, a 800 kilómetros del epicentro olímpico, España pretende mostrar su potencial en este deporte, en el que se ha clasificado en nueve de las diez clases, sin presencia en la modalidad masculina de la nueva Formula Kite. En total, acudirán 13 regatistas repartidos en 470 mixto, las dos de 49er, la Nacra 17, la Formula Kite femenina, la ILCA7, la ILCA6 y las dos de iQFOil, liderados por la gallega Támara Echegoyen, abanderada de la Ceremonia de Inauguración junto a Marcus Cooper, oro en Londres 2012 y que navegará en sus cuartos Juegos. En principio y mirando el ranking mundial y este último año del corto ciclo olímpico, las principales opciones están en el 470 y en el 49er, sin perder de vista el iQFOil masculino y la Formula Kite. En la primera clase, mixta, Jordi Xammar, que afronta sus terceros Juegos, y Nora Brugman esperan cerrar en Marsella una óptima preparación que les hace llegar como los números uno de la clasificación. Los dos regatistas catalanes han firmado un gran año 2024 en el que se han coronado campeones del mundo y de Europa, este en aguas francesas (Cannes), éxitos a los que hay que añadir otros dos bronces mundialistas en 2022 y 2023, y una plata más continental en 2022, por lo que sin duda serán uno de los rivales a batir. Algo parecido les pasa en la clase 49er a Florian Trittel y Diego Botín, pareja nueva para este ciclo donde también han sumado buenos resultados que les hacen ser optimistas para estar en el podio olímpico y que el gallego olvide el sinsabor de hace tres años con un nuevo compañero fue sexto en Nacra 17 junto a Tara Pacheco. Subcampeones del mundo en 2022 y terceros en 2023 y 2024, y campeones de Europa en 2022, más la victorias en el Princesa Sofía y la Semana Olímpica de Hyères y ser terceros del ranking mundial son sus avales para aspirar a todo. Por clasificación mundial, el debutante Nacho Baltasar también puede ser tenido en cuenta para la medalla en la nueva iQFOil, donde el joven balear, cuya madre Silvia Summers fue campeona del mundo en 1989 en 420 junto a Nuria Bover, es el segundo del mundo, mientras que a otra debutante, Gisela Pulido, le llega la oportunidad olímpica a los 30 años tras haber amasado grandes éxitos en el kitesurf desde que era niña en la Formula Kite, donde es la cinco del mundo. La pareja Támara Echegoyen-Paula Barceló, que ya han sumado medallas en grandes competiciones en la clase 49erFX, esperan estar también en la pelea una vez que la gallega se ha recuperado de sus problemas físicos y llegará en plena forma a la cita, mientras que Tara Pacheco-Andrés Barrio (Nacra 17), Pilar Lamadrid (iQFOil), Joaquín Blanco (ILCA7) y Ana Moncada (ILCA6) completan el resto de la expedición.

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