(Análisis) Alberto Ginés comprueba su fortaleza mental en la defensa del oro olímpico de escalada

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El oro logrado por Alberto Ginés en escalada durante los últimos Juegos Olímpicos de Tokio fue una de las medallas más sorprendentes de la delegación española, pues se trataba de una disciplina nueva dentro del programa olímpico y además el deportista cacereño contaba, a sus 18 años, con menos bagaje a las espaldas que varios de sus contrincantes. Tres años después de ese éxito poco esperado en la capital japonesa, Ginés se presentará en los Juegos de París con el hándicap de participar en la prueba combinada de búlder y dificultad, ya que los principales organismos de la escalada a nivel mundial acordaron junto al Comité Olímpico Internacional (COI) separar la prueba de velocidad. Por tanto, en la capital francesa se darán dos oros en vez de uno, y Ginés afrontará la que 'a priori' peor se le da. Su excelsa actuación en la velocidad durante la cita de Tokio le valió remontar posiciones en la clasificación general y, a la postre, acabar con el oro colgado del cuello para vivir uno de los mejores días de su corta vida en la élite. Sin embargo, es difícil llevar la presión de ser campeón en algo nada más alcanzar la mayoría de edad. Para colmo, su disciplina no es tan popular en España como otras, así que las expectativas en Campeonatos de Europa y Mundiales, así como en Copas del Mundo y en Series de Clasificación Olímpica, recaían bastantes veces sobre su desempeño. Al poco de empezar esta última olimpiada, más corta de lo habitual para recuperar el año perdido debido a la pandemia de COVID-19, Ginés admitió haber sufrido depresión. Eso ayudó a poner el foco en un alegato cada vez más común y visible entre deportistas profesionales de élite, en un tema que sigue siendo tabú para gran parte de la sociedad. Lidiando con esas adversidades mediante terapia, luego el escalador extremeño tuvo una buena cosecha en el Campeonato de Europa de 2022, a razón de dos bronces (dificultad y combinada). Y su billete para París, obtenido hace un mes en Budapest durante la segunda y última parada las Series de Clasificación, ha refrendado con ello su óptima recuperación. El 5 de agosto se disputará la semifinal masculina de bloques y el 7 de agosto la semifinal masculina de dificultad, quedando programada la final conjunta para el 9 de agosto a partir de las 12.35 horas. Todo ello se efectuará en Le Bourget, al igual que la competición femenina, donde la presencia española correrá a cargo de Leslie Adriana Romero, primera española en unos Juegos. Nacida en la ciudad de San Juan de los Morros, capital del estado de Guárico (Venezuela), ella entrará en acción en velocidad y podría dar la sorpresa que dio Ginés en Tokio. En el Campeonato Mundial que se celebró el pasado año en Berna, Romero llegó a cuartos de final, ronda que en Chamonix ha repetido recientemente para un certamen de la Copa del Mundo. Estos resultados en tierras suiza y francesa, así como otras buenas sensaciones vividas en torneos de calibre, ponen a Romero en un lugar a tener muy en cuenta para su debut en unos Juegos. También el 5 de agosto arrancará la competición femenina en la modalidad de velocidad, en su caso con una fase clasificatoria para las cabezas de serie. Justo a continuación, ese mismo día, se harán las eliminatorias. Y el 7 de agosto están previstas las rondas de cuartos de final, semifinales y gran final. La nota negativa para la escalada española fue que Erik Noya, nieto de emigrantes gallegos y nacido en Caracas, no logró acceder a estos Juegos de París, siendo una buena baza igualmente en velocidad.

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