La ONU advierte de que la inseguridad y los desplazamientos en Haití están "desmoronando todo el tejido social"

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La Oficina de Coordinación Humanitaria de Naciones Unidas (OCHA) ha alertado este sábado de que los elevados índices de inseguridad y violencia en Haití y los desplazamientos que de ellos se derivan están poniendo en riesgo el tejido social de un país en el que 362.000 personas se han visto obligadas a huir de sus hogares hasta principios de marzo. Esta cifra se eleva por encima de las 578.000 personas según los datos de junio, lo que supone un aumento del 60 por ciento en tan solo tres meses. "Todo el tejido social de las familias se está desmoronando a medida que sus miembros se separan, se pierden empleos, se cierran escuelas y colapsan los servicios de salud", ha señalado el jefe de la OCHA en la nación insular caribeña, Abdoulaye Sawadogo. Sawadogo ha reconocido que responder a las necesidades humanitarias en el país "no es tarea sencilla", por lo que son muchas "las personas obligadas a huir de sus hogares, a menudo con poca antelación y con pocas posesiones". "La violencia que ha desplazado a la gente es la misma violencia que plantea un desafío a la hora de responder", ha denunciado, lamentando que "la ayuda no puede entregarse en medio de un tiroteo". En este contexto, las mujeres y los niños se han convertido en grupos especialmente vulnerables en tanto que "se exponen a la violencia, la agresión sexual, la explotación, el abuso y la separación familiar". "También hay pruebas de que se obliga a niños a trabajar para bandas", agregan desde Naciones Unidas. ANTICIPAR LOS DESPLAZAMIENTOS Así las cosas, la ONU está trabajando de manera conjunta con el Gobierno haitiano para garantizar su protección "a la hora de proporcionar documentación legal y protección social a estas personas, ayudándolas a acceder a servicios y protección contra la explotación y el abuso". Sin embargo, esto no es suficiente, Sawadogo ha hecho hincapié en la importancia de preparar los desplazamientos para tener la capacidad de "responder con poca antelación en entornos a menudo inestables y peligrosos". "Son cruciales recursos financieros, personal suficiente, acceso a los lugares a los que ha huido la gente, así como apoyo gubernamental", ha indicado. Más allá de la previsión de los desplazamientos, "el objetivo final es facilitar el regreso de las personas desplazadas a sus hogares siempre que sea seguro y estén dispuestas a hacerlo". Para ello, resulta indispensable tener en cuenta que "cada crisis tiene sus particularidades y sus propios traumas" y que hay casos en los que el regreso no es posible. En estas ocasiones, la labor de la ONU se centra en "ayudar a los desplazados en los nuevos lugares donde se han establecido". "Independientemente de la crisis, nuestro objetivo es llegar lo más rápido posible para brindar ayuda y asistencia a quienes la necesitan y ayudarlos a volver a su vida normal", ha explicado Sawadogo. Haití no tiene presidente desde que a principios de julio de 2021 un grupo de sujetos armados irrumpiera en su residencia oficial y asesinara a Jovenel Moise. Poco después, Ariel Henry ascendió al puesto de primer ministro entre críticas y tras varios años de inestabilidad. En marzo de este año presentó su dimisión tras la oleada de violencia que sacudió la nación caribeña. Desde entonces, se ha establecido un Consejo Presidencial de Transición, liderado por el que fuera máximo representante del Senado haitiano entre 1995 y 2000, Edgard Leblanc. Este ha elegido al ex primer ministro Garry Conille (2011-2012) como nuevo jefe de Gobierno de transición. El objetivo es cubrir temporalmente el vacío político en una etapa que debería concluir con la celebración de elecciones en 2026, una década después de los últimos comicios.

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