(Análisis) España quiere confirmar en París su recuperación en la natación artística

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Sin Rusia, con un reglamento nuevo al que España se ha adaptado mejor que otros equipos y una nueva onda en la que las españolas parecen estar de nuevo en la cresta de la ola, la delegación de natación artística quiere confirmar en los Juegos Olímpicos de París los buenos resultados que viene cosechando en los recientes Mundiales de Fukuoka y Doha y en el Europeo de Belgrado de hace apenas unos meses, este algo engañoso por ausencia de grandes rivales. Con una ejecución que roce la perfección y que permita no arriesgar en cuanto a la dificultad, así quiere la seleccionadora, Mayuko Fujiki, lograr medalla, o aproximarse a ellas, en la cita olímpica de este verano. Las sensaciones son buenas, pues ante la ausencia de una gran estrella como España tenía en épocas de Ona Carbonell, Andrea Fuentes o Gemma Mengual, ahora hay un bloque rejuvenecido, ya con experiencia y que está escalando en cuanto a resultados. Sin duda, la ausencia de la artística masculina en París resta potencial y posibilidades de medalla a la delegación española. En Paris 2024, que se queda sin la oportunidad de hacer historia aceptando las categorías masculinas y mixtas que World Aquatics ya tiene oficializadas, tan solo habrá las rutinas técnica, libre y acrobática por Equipos y los Dúos técnico y libre. Y España, en Equipos, es donde intentará dar la campanada y colgarse una medalla olímpica que no logra desde Londres 2012, cuando lograron un bronce que se añadió a la plata con el gran dúo de Ona Carbonell y Andrea Fuentes. Por aquel entonces y hasta hace poco, al quedar fuera de la competición, dominaban las rusas. Ahora, es China quien parece tener el dominio absoluto. Pero con la introducción del nuevo reglamento y los 'base mark', aquellos elementos técnicos y de dificultad que deben ser incluidos y señalados por cada equipo y que son estudiados por unos jueces únicos que actúan a modo del VAR futbolístico, todo cambia y se ajusta. Y España, que está lidiando como pocos con esa modificación, espera que la reciente dinámica positiva para sus intereses se repita en París. La capitana, la catalana Txell Mas, lidera un grupo que tiene en Iris Tió y en Alisa Ozhogina a un buen dúo cuyos resultados en París son difíciles de predecir. No obstante, con ambas metidas en las rutinas de Equipo, España intentará confirmar su progresión. En Tokio hace tres años, fue décima en Equipos y en Dúo, así que el primer objetivo es mejorar estos resultados, algo que parece 'fácil' tras lo sucedido en los dos últimos Mundiales. En el de Doha del pasado mes de febrero, Tió y Ozhogina fueron bronce, rozando la plata que de forma casi sorpresiva se llevaron las británicas Kate Shortman e Isabell Thorpe, en la rutina técnica de dúo. Ambas parejas muy lejos de las chinas, intocables e inalcanzables salvo error grosero. En esa misma cita catarí, en el Equipo Técnico, España fue plata superando por milésimas de punto a una Japón que estaba por delante en anteriores citas. Dos medallas que ahora permiten soñar alto, si bien hay rivales que habrán aprendido la lección de Doha respecto al nuevo reglamento. Quizá España ya no pueda sorprender, pero en el CAR de Sant Cugat (Barcelona) han trabajado duro para intentar consolidarse en la élite mundial de la natación artística. Una de las fortalezas de España es su capacidad técnica tanto en dúo y en equipos. Las españolas son insaciables e inquebrantables en cuanto a la dinámica de trabajo, que suple la ausencia de calidad natural de las solistas de antaño. Además, son inconformistas, creen en sí mismas y llevan en el dúo un homenaje a la Sagrada Familia de Barcelona con el que aspiran a todo. Y, en el Equipo Técnico, el 'Mambo' de Gustavo Dudamel, que suele gustar a los jueces, mejoró en el reciente Europeo de Budapest en 2,5 puntos la puntuación del Mundial de Doha. Si siguen mejorando en puntuación, puliendo esta rutina, la medalla es posible.

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