Kiev, 19 jul (EFE).- Decenas de ucranianos dieron este viernes su último adiós al veterano ucraniano de la guerra del Dombás contra las milicias separatistas dirigidas por Moscú Vitali Polonnikov, que cayó combatiendo la invasión a gran escala rusa de su país como integrante del Servicio de Comunicaciones Especiales de Ucrania.
Familiares, compañeros de armas, amigos, conocidos y transeúntes que pasaban por el lugar y quisieron unirse al acto de homenaje escucharon los discursos de los allegados y depositaron flores a los pies del ataúd, custodiado por una guardia militar bajo una carpa que lo protegía del sol en el centro de la plaza del Maidán del corazón de Kiev.
Tras tomar parte como voluntario en las operaciones del Ejército ucraniano contra los rebeldes prorrusos que se habían hecho con el control en parte de las regiones orientales de Donetsk y Lugansk, Polonnikov se unió al Ejército en los primeros días de la agresión rusa que comenzó el 24 de febrero de 2022.
Polonnikov pasó por varias brigadas antes de recalar en el Servicio de Comunicaciones Especiales, que anunció este miércoles su muerte sin dar más detalles sobre las circunstancias en que se dio.
El veterano de la guerra del Dombás participó en la defensa de Kiev cuando la capital estuvo asediada por las fuerzas rusas. Más tarde sirvió en lugares del frente como Jersón, Bajmut, Zaporiyia y Avdivka.
Los oradores en el acto de despedida destacaron su compromiso con su país, con su familia y con los compañeros de armas con que sirvió.
Después de los discursos, el bandurrista y militar ucraniano Tarás Kompanichenko interpretó música tradicional ucraniana mientras los asistentes iban postrándose uno a uno ante su féretro.
Con el estallido de la guerra en el Dombás en 2014, y especialmente con el comienzo de la invasión a gran escala rusa en 2022, Ucrania se ha acostumbrado a los funerales de militares que pierden la vida defendiendo el país del Ejército ruso.
Los actos de homenaje son ya un rasgo característico de la vida en Ucrania que se repite cada semana en las ciudades y pueblos del país. EFE
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