Desplazados del norte de Mali denuncian asesinatos del Ejército y mercenarios de Wagner

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Bamako, 19 jul (EFE).- Desplazados del norte de Mali que viven en condiciones precarias refugiados en una localidad fronteriza con Argelia, hasta la que llegaron huyendo de la violencia, denuncian asesinatos y degollamientos de civiles por parte de soldados del Ejército maliense y mercenarios del grupo ruso Wagner.

En un vídeo difundido por la asociación Kal Akal, activa en la defensa de los derechos humanos en el norte de Mali, se recogen los testimonios de estas personas, que malviven en tiendas hechas con palos, lonas y plásticos en Tinzauaten, una pequeña población maliense situada en el extremo norte del país, pegada a la frontera argelina.

Los asesinatos de civiles por parte de militares malienses, que actúan acompañados por soldados de Wagner, llevan meses siendo denunciados por la ONU y por organizaciones políticas y asociativas de esa zona, conocida como el Azawad, con presencia de grupos yihadistas y grupos separatistas enfrentados al gobierno golpista del país.

A finales de junio, diversas organizaciones, entre ellas Kal Akal, afirmaron que militares malienses y mercenarios del grupo ruso habían asesinado a 120 civiles desde mayo.

En esta ocasión, el vídeo grabado por Kal Akal recoge testimonios de desplazados de la región de Kidal, concretamente de poblaciones como Tassik, Amassine, Touzek o Abeibara, y explica que también en los campamentos hay personas desplazadas desde hace años de Ménaka y Gao por la violencia del Estado Islámico.

Los desplazados viven en improvisados campamentos construidos en el desierto, y dependen de la benevolencia para comer y para sus necesidades sanitarias, que consiguen gracias a la Cruz Roja argelina y otras organizaciones.

Uno de los que aparece en el vídeo es Mohamed Ag Ahmed, quien afirma que vivía en Amassine, en la región de Kidal, cuando una mañana llegaron hombres del Ejército y de Wagner y reunieron a los habitantes del pueblo.

"Pegaron con palos a dos hombres ante mis ojos hasta la muerte y los degollaron en presencia de todos, como a cabras. Quien los degolló era un negro, un miembro del Ejército maliense. Después saquearon el pueblo, robaron todo. Por la noche, pusieron los fusiles y los transmisores de radio sobre los cadáveres para grabarlos", afirma.

Otro desplazado, Ibrahim Ag Laky, asegura que huyó de Tinessako, en la misma región, tras ser testigo de cómo un ataque con un dron junto a un punto de agua mató a varios civiles. "Necesitamos que la situación se normalice para poder volver a nuestras casas", reclama.

Según un informe de la ONU del pasado junio, Mali registra 330.713 personas desplazadas dentro del país, ubicado en la inestable región del Sahel y gobernado por una junta militar golpista desde 2020 que ha recurrido a Wagner para sus operaciones antiterroristas.

Además del conflicto entre los secesionistas del norte y el gobierno central, el territorio del Azawad es escenario de ataques continuos perpetrados por el Estado Islámico y la filial local de Al Qaeda.

Según la plataforma 'Armed Conflict Location And Event Data Project' (ACLED), que monitoriza la violencia en el mundo, entre mayo de 2023 y el mismo mes de este año murieron 4.394 personas en Mali en eventos violentos protagonizados por grupos no estatales y otras 2.277 a manos de fuerzas estatales. EFE

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