Quito, 18 jul (EFE).- Quema de neumáticos, bloqueo de vías y consignas contra el Gobierno centraron este jueves una reducida protesta en un sector de la capital ecuatoriana, Quito, protagonizada por organizaciones sociales.
Una gran columna de humo negro se formó por la quema de neumáticos en un sector de la avenida 10 de Agosto, una de las principales de la ciudad, cercano al ingreso al centro histórico de Quito, donde se encuentra el palacio de Carondelet, sede del Ejecutivo.
"Únete pueblo, únete a luchar contra este Gobierno antipopular", gritaban los manifestantes en rechazo a la eliminación, desde finales de junio pasado, de los subsidios a los dos tipos de gasolina más consumidos en Ecuador.
Es la segunda protesta esta semana, después de otra registrada en una vía de la provincia andina de Cotopaxi, también contra el alza del costo de los combustibles y su efecto en los valores de otros productos.
En las manifestaciones participaron representantes de organizaciones como la Unión Nacional de Educadores (UNE), quienes gritaron consignas como "alerta, alerta, alerta que camina el pueblo organizado luchando por la vida".
El pasado 12 de julio, las gasolinas de mayor consumo en Ecuador a las que el Gobierno del presidente Daniel Noboa redujo los subsidios desde finales de junio volvieron a subir de precio, por lo que en apenas dos semanas acumularon un incremento del 11,34 %.
Desde el pasado 28 de junio las gasolinas Extra y Eco País, ambas de 85 octanos, dejaron de tener un precio congelado de 2,47 dólares por galón (3,78 litros) para pasar a costar 2,72 dólares, mientras que desde el 12 de julio su precio se situó en 2,75 dólares.
La reducción de subsidios emprendida por Noboa para estos dos combustibles no implica una liberalización completa de sus precios, pues cuentan con un mecanismo de estabilización de precios, de modo que por normativa no pueden subir más de un 5 % al mes ni tampoco bajar más de un 10 %.
A ello se suma un programa de compensación para el sector de transportistas que abarca un grupo de unos 84.000 vehículos, quienes recibirán transferencias económicas del Gobierno para cubrir este aumento y así mantener los precios para los usuarios.
Noboa emprendió así una reforma sobre las subvenciones a los combustibles que ya intentaron acometer los presidentes Lenín Moreno (2017-2021) y Guillermo Lasso (2021-2023), sus dos predecesores en el cargo, quienes tuvieron que dar marcha atrás ante sendas fuertes olas de protestas lideradas por el movimiento indígena.
Tanto en esas dos ocasiones como ahora, esta medida se da bajo programas crediticios aprobados por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En esta ocasión la institución financiera aprobó recientemente un desembolso de 4.000 millones de dólares en un plazo de cuatro años.
A diferencia de sus predecesores, Noboa sólo ha disminuido los subsidios de las gasolinas, que suponen un gasto estatal de unos 644 millones de dólares al año, pero ha mantenido las subvenciones para el diésel y el gas, que suponen aproximadamente la mitad de los 3.000 millones de dólares al año que el Gobierno destina a subsidiar combustibles. EFE
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