Riga, 18 jul (EFE)- Lituania se retiró oficialmente este jueves de la Convención sobre Municiones de Racimo, tratado internacional que prohíbe el uso y la adquisición de municiones que esparcen pequeños explosivos en una amplia zona para destruir personal y vehículos militares.
Un total de 103 legisladores del Parlamento lituano (Seimas), de 141 miembros, votaron a favor de denunciar la Convención de Dublín sobre Municiones en Racimo, un texto fechado en Dublín el 30 de mayo de 2008.
La votación en el Seimas se produjo después de que el Gobierno lituano aprobara un proyecto de resolución presentado por el ministro de Defensa, Laurynas Kasčiūnas, en el que se denunciaba dicha convención.
Uno de los principales argumentos a favor de la prohibición de las municiones de racimo era que no todas las unidades explosivas esparcidas por estas armas -en forma de bombas, proyectiles de artillería o cohetes- detonaban al ser utilizadas.
Así, pueden suponer peligros para la fauna, la flora y las personas, especialmente los niños, incluso años después de finalizar los combates en una zona de guerra.
En un comunicado de prensa, la oficina de asuntos públicos del Seimas declaró que, tras denunciar la CMR y retirarse de ella, "Lituania ya no tendrá prohibido comprar, almacenar y, en caso necesario, utilizar municiones de racimo".
La posesión de municiones de racimo "servirá como elemento disuasorio adicional para un agresor potencial" y, además, "será posible entrenar a los soldados para utilizar estos medios militares altamente eficaces de defensa territorial solos o en conjunción con aliados".
El comunicado citaba a Kasčiūnas diciendo al Seimas que "sin duda, tales convenciones son importantes".
"Son importantes cuando todos los países se adhieren a ellas. En este caso, el problema es que la Federación de Rusia, que lleva a cabo una agresión contra Ucrania con ambiciones imperialistas, no sigue estas normas. Era otra época cuando ratificamos y nos adherimos a esta convención", añadió Kasčiūnas.
Estados Unidos, que no ratificó la convención, ha suministrado municiones de racimo a Ucrania tanto en forma de cartuchos de artillería como de misiles disparados desde la plataforma móvil de lanzamiento múltiple de cohetes HIMARS.
Vídeos difundidos en las redes sociales por fuentes ucranianas muestran ataques con municiones de racimo que destruyen equipos rusos como radares de defensa antiaérea y lanzamisiles, así como tropas terrestres y vehículos en campo abierto.
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