Pekín, 18 jul (EFE).- La élite del Partido Comunista de China (PCCh) consideró este jueves necesario “fortalecer la orientación de la opinión pública y abordar los riesgos ideológicos” en el país como forma de salvaguardar la seguridad nacional y la estabilidad social.
Un comunicado emitido tras la clausura del tercer pleno del XX Comité Central del partido, una de las principales citas políticas de la formación, hace hincapié en la importancia de “fortalecer la orientación de la opinión pública y abordar los riesgos ideológicos”, algo "esencial" para mantener la estabilidad social en un contexto dinámico.
Los máximos dirigentes chinos, cuyo cónclave ha estado encabezado por el presidente Xi Jinping, subrayaron también la necesidad de profundizar en el “estilo de trabajo del Partido” y “fortalecer la construcción de un gobierno limpio y combatir la corrupción de manera efectiva”.
Además, el documento destaca la necesidad de responder de “manera efectiva” a los desafíos internacionales y crear un “entorno externo favorable”, lo que refleja el empeño de China de fortalecer su papel en el tablero geopolítico mientras gestiona tensiones globales.
El pleno subrayó que el liderazgo del Partido es “fundamental” para avanzar en reformas integrales y promover una modernización adaptada a las características chinas.
También reiteró la importancia de mantener un “liderazgo centralizado y unificado” para profundizar las reformas estructurales, mejorar la gobernanza interna del Partido, y continuar la lucha contra la corrupción.
El presidente de China, Xi Jinping, pidió el año pasado "redoblar" la lucha contra la corrupción que, según el mandatario, ha cosechado "una victoria abrumadora", si bien auguró más castigos porque "la situación es todavía grave".
La campaña anticorrupción gubernamental apunta a sectores tan variopintos como el de defensa, el financiero, el tabacalero y el farmacéutico, entre otros, y sigue a la emprendida en 2012, que vino acompañada de un aumento de la represión, la censura y las sospechas de que las acusaciones formaban parte de una estratagema para acabar con los críticos. EFE
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