Río de Janeiro, 18 jul (EFE).- El Gobierno brasileño mantuvo su previsión de que la mayor economía de América Latina crecerá un 2,5 % en 2024 pese a las graves inundaciones que castigaron a Río Grande do Sul y que paralizaron las actividades por casi un mes en este importante estado productor del sur del país.
La proyección consta en el Boletín Macrofiscal divulgado este jueves por el Ministerio de Hacienda con base en los datos recogidos en junio y no tiene variación con respecto a la previsión que el Gobierno tenía en mayo.
Para 2025, en cambio, la proyección de expansión del producto interior bruto (PIB) fue reducida desde el 2,8 % en mayo hasta el 2,6 % en junio.
La previsión del Gobierno para el crecimiento de Brasil este año es más optimista que la de los economistas del mercado (2,1 %), que la del Banco Central (2,3 %) y que la del Fondo Monetario Internacional (2,1 %).
En cualquiera de los casos, de cumplirse, representa una nueva desaceleración, la tercera seguida, para una economía que creció un 4,8 % en 2021, un 3,0 % en 2022 y un 2,9 % en 2023.
El Ministerio argumentó que el "vigor" de las ventas del comercio y la creciente demanda de las familias por servicios, que se reflejan en un aumento de la generación de empleos y de la renta, explican su optimismo para 2024.
Admitió que las graves inundaciones de mayo y junio en el sureño estado de Río Grande do Sul, con un fuerte impacto en la producción industrial y en la agricultura, afectaron la previsión del crecimiento del PIB para este año pero que sus efectos pueden ser compensados.
"Los impactos negativos de las inundaciones deben ser compensados por las medidas de soporte a las familias, a las empresas y a los gobiernos regional y municipal", asegura el Boletín en alusión a la serie de incentivos ofrecidos por el Gobierno a los damnificados.
Según el Ministerio, pese a que mantuvo estable su proyección de crecimiento de Brasil en general, tuvo que modificar la prevista para los diferentes sectores.
Ahora para la agropecuaria se espera una retracción aún mayor este año (fue revisada desde -1,4 % hasta -2,5 %) como consecuencia de la menor producción de soja, maíz y trigo por las inundaciones.
Ese empeoramiento será compensado por un mejor desempeño de la industria, cuya previsión de crecimiento fue elevada desde el 2,4 % hasta el 2,6 %, y del sector servicios, cuya producción fue revisada al alza desde el 2,7 % hasta el 2,8 %.
El Boletín indica igualmente que el crecimiento se desaceleró en el segundo trimestre, para cuando se calcula una expansión del 0,6 % tras haber sido del 0,8 % en los tres primeros meses del año.
"La calamidad en Río Grande do Sul en mayo explica parcialmente la desaceleración en el crecimiento en el trimestre, ya que afectó principalmente las estimativas de expansión de la agropecuaria y de la industria", según el documento.
En cuanto a la inflación, el Ministerio elevó su proyección para la variación del índice de precios desde el 3,70 % esperado en mayo hasta el 3,90 % previsto en el boletín de junio, lo que atribuyó a los impactos de las inundaciones y a recientes reajustes en los precios de los combustibles.
Pese al repunte de los precios, la inflación prevista para 2024 se mantendrá dentro de la meta que se impuso el Banco Central para el año, que es del 3,0 % con un margen de tolerancia de 1,5 puntos porcentuales, lo que permite que se eleve hasta un máximo de 4,5 %.