Jerusalén, 18 jul (EFE).- El ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, ordenó al Ejército enviar 1.000 citaciones este domingo a jóvenes de la comunidad ultraortodoxa para reclutarles en medio de la guerra con Hamás en Gaza y la escalada con Hizbulá en la frontera norte, una medida que ya es repudiada por este sector religioso.
"Se espera que el domingo se emita la primera ronda de alrededor de 1.000 órdenes de reclutamiento para jóvenes de entre 18 y 26 años, y se esperan rondas adicionales en las próximas semanas", indica un comunicado del ministerio de Defensa, que explica que esta decisión obedece a una "recomendación" del propio Ejército.
Gallant dijo que las fechas de las siguientes dos rondas de avisos de reclutamiento "se determinarán de acuerdo a la capacidad de respuesta de la población ultraortodoxa", precisó el comunicado.
Así, el Ejército espera reclutar solo unos 3.000 jóvenes ultraortodoxos de una población aproximada de 63.000 en edad militar, ya que tienen requisitos especiales en áreas como la dieta o la convivencia con mujeres, y tendrían que acomodarse en batallones especiales.
El Ejército ya había anunciado el martes el inicio este domingo del proceso de reclutamiento entre la comunidad ultraortodoxa, pero no había precisado cuán extensa sería la convocatoria.
El cuerpo castrense "está trabajando para reclutar personas de todos los sectores de la sociedad a la luz del requisito de reclutamiento en Israel, debido a su condición de Ejército popular y en vista de las crecientes necesidades operativas en este momento, dados los desafíos de seguridad", dijo entonces.
Los judíos ultraortodoxos (haredí) han protagonizado numerosas protestas en las últimas semanas contra la integración forzosa de sus jóvenes en el Ejército, después de que el Tribunal Supremo israelí ordenara al Gobierno tomar medidas para aumentar el número de jóvenes religiosos que realizan el servicio militar obligatorio.
El martes, tras el anuncio del Ejército, decenas de ultraortodoxos bloquearon una autopista de Bnei Brak, en el centro de Israel, una manifestación que la Policía calificó de "ilegal" y ordenó su dispersión.
Y unos días antes una turba de ultraortodoxos atacó a dos oficiales del Ejército en Bnei Brak, en la periferia de Tel Aviv, que se encontraban en la ciudad para mantener una reunión sobre el establecimiento de una brigada ultraortodoxa.
El episodio fue condenado por amplios sectores de la política israelí, incluidos Gallant y Yitzhak Goldknopf, líder del partido ultraortodoxo Judaísmo Unido de la Torá, clave en la coalición de Gobierno de Benjamín Netanyahu.
Desde la fundación del Estado de Israel, en 1948, los jóvenes que estudian a tiempo completo en una escuela talmúdica (yeshivá) están exentos de realizar el servicio militar que es obligatorio para gran parte de la sociedad israelí (los árabes israelíes también están exentos).
La exención, que había sido prorrogada a través de disposiciones especiales hasta hace unos meses, ha sido siempre motivo de controversia, y más aún tras el comienzo de la guerra en Gaza contra el grupo islamista Hamás y la escalada en la frontera con el Líbano con el grupo chií Hizbulá, que han llevado al Ejército al borde de una crisis de personal.
Hace tres semanas el Supremo decidió que "no existe base legal para excluir a los hombres ultraortodoxos del reclutamiento" y que si no sirven en el Ejército tampoco deben recibir subvenciones educativas y de asistencia social financiadas con fondos públicos.