Los ecologistas franceses admiten que el Nuevo Frente Popular no logra estar a la altura

Guardar

Nuevo

París, 17 jul (EFE).- Los ecologistas franceses, que son una de las fuerzas que integran la coalición del Nuevo Frente Popular (NFP), admitieron este miércoles que la izquierda está dando un "espectáculo" y que por ahora no logra estar "a la altura", en vista de las profundas divisiones para consensuar candidatos a gobernar.

"Estoy enfadada, estoy asqueada, estoy harta, estoy cansada, porque hace seis semanas que estamos ahí y lo siento por el espectáculo que se está dando a los franceses y francesas", sintetizó la secretaria nacional de Los Ecologistas, Marine Tondelier, entrevistada en la cadena France 2.

Para Tondelier la alegría de haber derrotado de manera inesperada a la gran favorita de las legislativas anticipadas que se celebraron el 30 de junio y 7 de julio, la ultraderechista Agrupación Nacional (RN, por sus siglas en francés) de Marine Le Pen, se ha transformado en "vergüenza".

"Por favor, perdónennos por el espectáculo que estamos dando en este momento", afirmó por su parte en la cadena LFI la diputada del mismo bloque Sandrine Rousseau, antes de admitir que la izquierda no está sabiendo "estar a la altura" de la esperanza y la movilización de sus votantes.

Ambas se expresaron así en referencia a las profundas disensiones que están desgarrando la coalición de izquierdas del NFP, creada de manera exprés tras la disolución de la Asamblea Nacional y la convocatoria de elecciones legislativas que ordenó el presidente francés, Emmanuel Macron, tras la clara victoria de la ultraderecha en los comicios europeos de junio.

El NFP está integrado por el Partido Socialista (PS) francés, la más radical La Francia Insumisa (LFI) fundada por Jean-Luc Mélenchon, los comunistas y los ecologistas.

Todos ellos acudieron con un programa común de izquierdas, y bajo la llamada a frenar a la extrema derecha, y lograron quedar como primera fuerza en la Asamblea Nacional al sumar, junto a otros socios, unos 195 escaños.

Pese a estar muy lejos de la mayoría absoluta de 289 escaños que les garantizaría la gobernabilidad en solitario, desde la misma noche de las elecciones el NFP exigió a Macron -que es quien tiene la potestad para nombrar al próximo primer ministro- que los llamara para gobernar.

A nivel interno, sin embargo, no solo no han logrado consensuar un nombre, sino que han protagonizando acusaciones públicas cruzadas de bloqueo y de buscar imponer voluntades particulares.

En concreto, el mayor abismo parece estar entre los socialistas y los insumisos.

Estos últimos llegaron a retirarse el lunes de las conversaciones para acordar un candidato a primer ministro y aseguraron que no continuarían hasta que la coalición tuviera un candidato único para presidir primero la Asamblea Nacional.

Ese asunto debe tratarse este mismo jueves en la que será la primera sesión de la cámara baja con los nuevos diputados.

A última hora del martes, el primer secretario del PS, Olivier Faure, aseguró a la prensa que el NFP ya tiene un candidato consensuado para presidir la Asamblea, si bien su identidad no se ha hecho aún pública.

En paralelo, Macron aceptó ayer la dimisión del Gobierno que lideraba Gabriel Attal -aunque seguirá en funciones para gestionar asuntos corrientes-, pero ha declarado que no nombrará un nuevo primer ministro hasta que los partidos logren construir una mayoría sólida.

Desde el macronismo, que pese ha haber perdido un centenar de diputados se mantuvo como la segunda fuerza, se han lanzado insinuaciones hacia el PS para encontrar acuerdos al margen del NFP, ya que LFI genera un gran rechazo. EFE

ngp/ig

Guardar

Nuevo