La ONU alerta de que el conflicto en Sudán ahonda la crisis humanitaria en Sudán del Sur

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La agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha alertado del impacto del conflicto en Sudán sobre la crisis humanitaria en Sudán del Sur y ha señalado que la inseguridad alimentaria figura como el principal problema entre los refugiados y las comunidades que los acogen en el país africano. El sondeo realizado por el organismo entre abril y diciembre de 2023 en unos 3.100 hogares en Sudán del Sur muestra que tanto los refugiados como las comunidades de acogida hacen frente a problemas similares que agravan la protección de riesgos y limitan sus oportunidades de autoabastecimiento. Así, los resultados muestran que los que se han visto forzados a huir a Sudán del Sur a causa del conflicto desatado en abril de 2023 entre el Ejército sudanés y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) llegan habitualmente a zonas rurales con unos servicios básicos limitados, altas tasas de paro, malas infraestructuras y faltas de oportunidades educativas. ACNUR ha indicado que el 74 por ciento de los hogares encuestados sufrieron hambre durante el mes anterior al sondeo, mientras que más del 40 por ciento de los mismos vieron cómo sus ingresos de todas las fuentes habían descendido respecto al año anterior, en medio de un aumento del flujo de refugiados y retornados a causa del conflicto en Sudán. "Millones de sursudaneses viven por debajo del umbral de la pobreza y la guerra en Sudán está teniendo un gran impacto sobre la economía del país", ha dicho la representante del organismo en Sudán del Sur, Marie-Helene Verney, quien ha señalado que "en este contexto, integrar a los refugiados es especialmente complicado". Por ello, ha explicado que "es crucial vincular la asistencia humanitaria con los programas de estabilización y desarrollo, dentro de lo posible", especialmente ante las previsiones sobre posibles lluvias torrenciales e inundaciones durante las próximas semanas. Durante los últimos años, las inundaciones han causado graves daños en los campos de cultivo, afectando a la producción de alimentos. "Sudán del Sur es el hogar de una población mayoritariamente joven. El mundo necesita invertir en ellos y darles las herramientas y oportunidades para construir un futuro mejor", ha destacado Verney, quien ha ensalzado que "a pesar de los desafíos, el Gobierno de Sudán del Sur ha abierto sus puertas para brindar seguridad a quienes huyen de la guerra". Sin embargo, ha destacado que "la escasez de recursos puede traducirse fácilmente en tensiones" en el país africano, por lo que ha argumentado que "las inversiones sustanciales a largo plazo son cruciales para mejorar el bienestar de los refugiados y las comunidades que los acogen". El país acoge a más de 460.000 refugiados, principalmente llegados desde Sudán, República Democrática del Congo (RDC) y Etiopía. La mayoría de ellos residen en el norte y llevan en el país más de una década, si bien una media de 1.600 personas llegan de forma diaria a territorio sursudanés desde el estallido de la guerra en Sudán, incluidos antiguos refugiados sursudaneses que vivían en el país hasta el conflicto.

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