Nairobi, 16 jul (EFE).- La Fundación Ford rechazó las críticas formuladas por el presidente de Kenia, William Ruto, que acusó a la oenegé de "patrocinar el caos y la anarquía" al apoyar las recientes protestas contra los planes del Gobierno para subir impuestos, que entre junio y julio causaron al menos 39 muertos en el país.
"No financiamos ni patrocinamos las recientes protestas contra el Proyecto de Ley de Finanzas y tenemos una política estrictamente no partidista para todas nuestras subvenciones", dijo en un comunicado recogido este martes por medios locales la responsable de comunicación de la fundación, Tolu Onafowokan.
"Aunque reconocemos el derecho de los kenianos a abogar de manera pacífica por un país justo e igualitario, repudiamos cualquier acción o discurso que sea de odio o llame a la violencia contra cualquier institución, individuo o comunidad", añadió.
Esta fundación privada sin ánimo de lucro e independiente de la Ford Motor Company lanzó este mensaje después de que Ruto la acusara este lunes de "patrocinar la violencia" contra la "nación democrática" de Kenia.
"Vamos a llamar (a la Fundación Ford) y les vamos a decir que si no les interesa la democracia en Kenia, si van a patrocinar la violencia, si van a patrocinar la anarquía, que cambien de estilo o que se marchen", dijo el mandatario en el condado de Nakuru (centro), donde presidió el inicio de la construcción de un nuevo mercado.
Más tarde, en la red social X, Ruto pidió a la fundación que "explique a los kenianos su papel en las recientes protestas", que fueron mayoritariamente pacíficas, si bien desembocaron el pasado 25 de junio en la invasión del Parlamento.
La Fundación Ford fue creada en 1936 en Michigan (Estados Unidos) con el fin de reducir la pobreza y la injusticia, fortalecer los valores democráticos, promover la cooperación internacional y avanzar en el logro humano, y cuenta con once oficinas en África, Asia, América Latina y América del Norte.
El presidente hizo estas denuncias contra la ONG después de una serie de protestas masivas que desde el pasado 18 de junio se opusieron a un polémico proyecto de ley que implicaba una subida de impuestos y poco a poco se transformaron en manifestaciones antigubernamentales, pese a que el mandatario retiró finalmente la iniciativa legislativa.
El pasado jueves Ruto anunció la disolución de todo su Gobierno, excepto el ministro de Asuntos Exteriores y el vicepresidente, tras les presiones ejercidas por los manifestantes.
Ya el pasado día 5, Ruto anunció una batería de medidas de austeridad y adelantó que habría cambios en el Ejecutivo, formado por veinte ministerios.
Las movilizaciones no contaron con líderes oficiales y se impulsaron en las redes sociales por jóvenes de la llamada ‘generación Z’ (nacidos entre mediados de los noventa y la primera década del siglo XXI).
Desde que empezaron las protestas, la respuesta de las fuerzas de seguridad, que dispararon gases lacrimógenos, pelotas de goma e incluso munición real contra los manifestantes, han dejado al menos 39 muertos, según la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Kenia (KNCHR).
También ha habido al menos 361 heridos y se han registrado 32 casos de desapariciones forzadas, según esa entidad reguladora.
Esta es la peor crisis de Ruto desde que llegó al poder en septiembre de 2022.
Kenia, estrecho aliado de Occidente, destaca como una de las economías de más rápido desarrollo de África, pero las desigualdades persisten y uno de cada tres kenianos sobrevive con apenas dos dólares al día, según el Banco Mundial. EFE
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