Exdictador de Sudán retenido sin atención médica en una base militar, según sus abogados

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Jartum, 16 jul (EFE).- El expresidente de Sudán Omar al Bashir, depuesto en 2019, vive detenido junto con sus principales asesores en una base militar en las afueras de Jartum sin acceso a atención médica, mientras el juicio en su contra sigue parado por la guerra en el país africano.

Según informó este martes su equipo de defensa, el exdictador, de 80 años y que gobernó Sudán durante tres décadas, fue trasladado en marzo pasado de un hospital militar en Omdurmán, vecina de la capital, a "un centro de detención" en la base aérea de Wadi Sayedna, ubicada a unos 20 kilómetros al norte de Jartum.

Esa base es una de las principales instalaciones militares que siguen en manos del Ejército sudanés, enfrentado en una guerra abierta con el potente grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) desde abril de 2023.

"Siguen allí hasta ahora sin que se les proporcione atención médica a pesar de su crítico estado de salud, y no han sido trasladados, como solicitamos, a un lugar seguro donde haya atención médica disponible", dijo su defensa, en un comunicado.

Apuntó que junto a Al Bashir están en el mismo centro de detención el exvicepresidente Hasan Saleh, así como los antiguos ministros de Defensa, Abdelrahim Hasan, y Deportes, Yusef Abdelfatah.

Éste último fue operado en mayo pasado en un hospital de la vecina ciudad de Marawi, "aunque fue rápidamente devuelto a Wadi Sayedna justo después de la operación, antes de que sus heridas sanaran y sin otra operación programada para él por los médicos", añadió la nota, sin precisar detalles.

El juicio contra Al Bashir y sus ayudantes se encuentra parado desde el inicio de la guerra, que paralizó todos los servicios y poderes en el país, y provocó la muerte de decenas de miles de personas y el desplazamiento interno o externo de más de ocho millones.

Al Bashir estaba encarcelado en la prisión de Kober en el norte de Jartum desde su derrocamiento en 2019 tras ser declarado culpable de enriquecimiento ilícito, entre otros cargos, mientras que tenía en marcha un juicio por el golpe de Estado que perpetró en 1989 y que le dio acceso al poder durante tres décadas.

Sin embargo, fue llevado más tarde al hospital militar de Omdurmán para recibir tratamiento porque se temía por su vida tras el inicio de la guerra. EFE

az-fa/ijm/ah

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