Iñaki Dufour
Berlín, 15 jul (EFE).- Ya no habrá más partidos en la Eurocopa ni de Cristiano Ronaldo ni de Pepe ni de Luka Modric ni de Toni Kroos, referencias absolutas de los últimos tiempos del torneo, cuya edición en Alemania 2024 marca el inicio de una nueva era, que alumbra a Lamine Yamal, Nico Williams o Arda Güler, con España de nuevo en la cima, inigualable, entre el dolor insistente de Inglaterra y la insospechada decepción de Kylian Mbappé.
Es la ley de la vida y del fútbol, que cada cierto tiempo señala el punto exacto de inflexión, el cambio de un ciclo, del que queda para la eternidad Cristiano Ronaldo, goleador inconmensurable de la competición continental, dueño de todos y cada uno de los récord; Toni Kroos, con su pase fino, milimétrico, su manejo de los tiempos, o Modric, maravilloso futbolista, el creador de una Croacia competitiva que se cayó esta vez en la fase de grupos.
Y ha aparecido un chico que empezó con 16 años el torneo y lo ha terminado con 17 como el mejor joven, pero, sobre todo, como campeón absoluto e imparable: Lamine Yamal. Sensación de la Eurocopa 2024, con tanto por decir aún en esta competición, por más que en sus primeros siete partidos haya pulverizado las expectativas, rebasadas por una realidad grandiosa, cuyo límite futuro es hoy imperceptible, lejano, inimaginable, a este nivel.
Cristiano ya es pasado en la Eurocopa. Yamal es presente y futuro. Hay 22 años de diferencia entre los dos. Ni siquiera el astro luso, con 14 goles y 30 partidos en la cita europea, alcanzó la precocidad del extremo del Barcelona, el futbolista con más asistencias en una sola edición de este torneo. También el jugador y el goleador más joven. Lo primero, con 16 años y 338 días, en el 3-0 a Croacia; lo segundo, con 16 años y 362 días, ante Francia.
Son solo 17 años. A los 22, Nico Williams es un portento con la selección española. El mejor jugador de la final de este domingo en Berlín, goleador en el 1-0 a pase de su amigo Yamal, es un ciclón por la banda izquierda. Un futbolista también llamado a marcar una época con la selección. Ya lo hace realmente desde hace tiempo. Su Eurocopa es la consolidación.
"Es un año increíble que nunca voy a olvidar en mi carrera. Todos los futbolistas sueñan con este momento. He luchado mucho por estar aquí, mi familia también ha luchado por vivir esto en este momento conmigo. Va por todos ellos que han confiado y han creído en mí desde el primer momento", expresó Nico Williams, que tampoco avista sus límites.
Son los dos extremos que han disparado a la 'Roja', asociados de forma indispensable a Rodrigo Hernández, el mejor jugador de la Eurocopa, el medio centro por el que reclama Luis de la Fuente el Balón de Oro; a Dani Olmo, a Álvaro Morata -el capitán, pendiente de su futuro-, a Fabián Ruiz, a Dani Carvajal, a Pedri González, a Unai Simón... A un equipo, por encima de todo, de cada una de sus individualidades.
Porque España, elogiada y asumido por todos que ha sido la mejor de la competición (sus siete victorias son irrebatibles) ha sido eso. Un colectivo. La final es un ejemplo: el pase definitivo de Marc Cucurella para el gol de Mikel Oyarzabal, la sacada bajo palos de Dani Olmo después de otra intervención de Unai Simón, la irrupción de Martín Zubimendi para sofocar el temor de la lesión de Rodri, la solidaridad de Fabián Ruiz, el 1-0 de Nico, el pase de Yamal, la carrera de todos y cada uno de los jugadores para celebrar el 2-1, ya en el minuto 86 del choque.
"Es fútbol, pero esto son valores. Es una generación de futbolistas que son un ejemplo para la sociedad. Jóvenes y veteranos con ganas de trabajar, compañerismo y solidaridad. Todo lo que ayuda a competir y luchar para ganar algo. Lo más importante no es el logro, es el proceso. Lo llevo comentando durante 44 días y estos futbolistas son un ejemplo para la sociedad por los valores que representan", destacó Luis de la Fuente, su entrenador.
Ya no hay más Eurocopas para Modric, cuya imagen de desolación cuando intuyó la eliminación de Croacia, tras el empate de Italia en el minuto 98, confirmada un día después, permanecerá para siempre entre las instantáneas del campeonato continental. Ni para Toni Kroos. Formidables futbolistas, han hecho historia con el Real Madrid y sus selecciones. Mientras surge Arda Güler, cuyo impacto en Alemania 2024 ha sido espléndido.
Su tanto a Georgia para sobrepasar incluso a Cristiano Ronaldo como el debutante más joven en marcar un gol en la Eurocopa. Una parábola extraordinaria desde 26,21 metros, a 118,35 kilómetros por hora, con 3,76 rotaciones por segundo para batir a uno de los mejores porteros, sino el mejor, de Alemania 2024: Giorgio Mamardashvili, 23 años, del Valencia, fenomenal durante todo el torneo, capaz de llegar a su equipo hasta octavos. Se va Manuel Neuer de Alemania, mientras aparecen él o Diogo Costa. El futuro es suyo.
También de la selección española, protagonista de un pleno único y un hecho único, ganadora de cuatro Eurocopas. Nadie lo ha logrado jamás. La vigente campeona, Italia, cayó en octavos de final. Portugal se fue en cuartos. Francia, con Kylian Mbappé y Antoine Griezmann en el foco de la crítica, alcanzó las semifinales de forma irreal, consciente de que, sin una reacción que nunca apareció, su recorrido estaba destinado al fracaso.
Son ciclos. El combinado galo, subcampeón del mundo y campeón en Rusia 2018, dio paso a España, a un equipo que se fue de Qatar 2022 en los octavos de final contra Marruecos en los penaltis, hace tan solo un año y medio, mientras rebuscaba una identidad ofensiva que ha reencontrado dirigida por De la Fuente, campeón en su primer gran torneo al frente de la selección. La había entrenado tan solo 14 partidos antes de Alemania 2024. Gareth Southgate ya va por los 102 con Inglaterra, con el dolor de dos finales perdidas. EFE
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