Lima, 13 jul (EFE).- El delantero peruano Paolo Guerrero causó sorpresa y polémica en su país al negarse este sábado a ingresar al terreno de juego durante el partido que su equipo, César Vallejo, perdió por 2-3 amnte Alianza Lima.
Cuando promediaba la segunda mitad del encuentro de la primera jornada del Torneo Clausura, el jugador fue llamado por el entrenador Guillermo Salas para ingresar, pero no aceptó, según mostró la televisión.
En medio de su sorpresa, Salas se acercó a conversar con Guerrero mientras este hacía gestos de negativa, tras lo cual el entrenador volvió a la zona técnica, pero uno de sus asistentes habló nuevamente con el jugador.
Guerrero dejó luego los ejercicios de calentamiento y se sentó en el banco de suplentes, donde se le acercó el portero suplente del Vallejo, José Carvallo, con el que volvió a intercambiar palabras sin dar su brazo a torcer.
Al término del encuentro, Salas declaró que el jugador le dijo "que no estaba para ingresar" y aseguró que conversará sobre esa actitud con los directivos del Vallejo porque sí "estaba apto".
El entrenador confirmó que la negativa del delantero generó "la molestia de todos los compañeros" y remarcó que quiere "estar solo con los jugadores que están comprometidos al ciento por ciento".
El presidente del Vallejo, Richard Acuña, manifestó su molestia y dijo que no aceptará "ninguna liberación" de la ficha del jugador, ya que medios locales señalaron que este había solicitado conversar sobre esa posibilidad porque ha iniciado conversaciones, supuestamente, con el Alianza Lima, el club del cual es hincha confeso.
Medios locales aseguraron que Acuña dijo que si el delantero de 40 años no quiere seguir en el Vallejo "lo que se viene es su retiro".
Guerrero, que este año juega por primera vez en el fútbol peruano, tras una amplia carrera en Alemania, Brasil y Ecuador, fue presentado oficialmente por el Vallejo en febrero pasado, tras superar una primera polémica generada por su negativa a cumplir con el contrato que había firmado con ese equipo de la ciudad norteña de Trujillo, con el argumento de que temía por su seguridad.