El Gobierno de Reino Unido ha anunciado este viernes una ayuda de dos millones de libras (2,37 millones de euros) para satisfacer las necesidades básicas de 150.000 refugiados sudaneses que han huido de Darfur, donde se concentran los enfrentamientos entre el Ejército sudanés y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF). En particular, la financiación se destinará a la "respuesta humanitaria" en Alkufra, una región de difícil acceso en el este de Libia, según ha detallado en un comunicado la ministra de Desarrollo Internacional, Annaliese Dodds. Naciones Unidas estima que han llegado a este lugar hasta 45.000 refugiados que "necesitan ayuda desesperadamente". "Reino Unido se ha comprometido a prestar ayuda vital a algunas de las personas más vulnerables del mundo, incluidos los niños, que huyen de la violencia en un Sudán asolado por la guerra", ha señalado la ministra, al tiempo que ha asegurado que esta medida proporcionará a estos refugiados "agua, servicios de salud, saneamiento e higiene". La Oficina de Asuntos Exteriores, de la Commonwealth y de Desarrollo (FCDO) ha defendido este "compromiso del Gobierno" de colaborar con socios internacionales para afrontar las crisis humanitarias y reforzar el apoyo a los refugiados "en su región de origen". Más de dos millones de sudaneses se han visto obligados a abandonar sus hogares a causa del conflicto, según las estimaciones de la FCDO. Desde entonces, más de 1.200 entran cada día en Libia. Naciones Unidas denunció en abril de este año que este conflicto ha provocado más de 14.000 muertos, decenas de miles de heridos, unos 25 millones de personas con necesidad de asistencia vital y más de 8,6 millones huidas de sus hogares. El anuncio del Gobierno británico coincide con la llegada a la ciudad suiza de Ginebra de las delegaciones del Ejército sudanés y las RSF para un proceso de contactos mediados por Naciones Unidas, en medio de los esfuerzos para intentar lograr un acuerdo de paz que ponga fin al conflicto. La guerra estalló el 15 de abril de 2023 a causa de las fuertes discrepancias en torno al proceso de integración del grupo paramilitar --ahora declarado como una organización terrorista-- en el seno de las Fuerzas Armadas, situación que provocó el descarrilamiento definitivo de la transición abierta en 2019 tras el derrocamiento del régimen de Omar Hasán al Bashir.