Líder indígena: Bernardo Arévalo "tiene una deuda con los pueblos indígenas" de Guatemala

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Ciudad de Guatemala, 13 jul (EFE).- El presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo de León, "tiene una deuda con los pueblos indígenas", asegura el investigador social y líder indígena Josué Chavajay, tras analizar los primeros seis meses de Gobierno del mandatario, que llegó al poder ofreciendo un alto a la corrupción y una transformación de la institucionalidad pública.

Este domingo, Arévalo de León cumple sus primeros seis meses al frente del Gobierno guatemalteco, luego de ganar sorpresivamente las elecciones de 2023 y atravesar un polémico proceso de transición, debido a los intentos del Ministerio Público (Fiscalía) de evitar su llegada al poder por medio de diversos casos judiciales en su contra.

Durante el arranque de su Gobierno, el mandatario centroamericano ha sacado a luz decenas de casos de corrupción de la administración de su antecesor, Alejandro Giammattei (2020-2024), y se ha enfocado en intentar mejorar las relaciones del país con la comunidad internacional.

"Hay una deuda grande en la inclusión de pueblos indígenas, se esperaba un Gobierno bastante plural, se esperaba la integración de cuadros indígenas en su gabinete que podrían aportar otro tipo de mirada para atender las necesidades de los pueblos", opina Chavajay, el líder indígena del colectivo Tzunun´ya, durante una entrevista con EFE esta semana.

Chavajay recuerda que entre octubre de 2023 y enero pasado, miles de pobladores indígenas "se volcaron a las calles durante más de 100 días para defender el triunfo electoral de Arévalo", ante el intento de la fiscal general, Consuelo Porras, de revertir la voluntad popular de las urnas.

 "Porque aunque antes era un candidato desconocido, pasó a encarnar una esperanza de transformación", agrega el investigador.

"Percibimos a un Gobierno que se encuentra administrando la catástrofe, Arévalo llegó al poder sabiendo que había serios problemas en la institucionalidad pública pero hasta ahora no vemos el ímpetu y el carácter para hacer la transformación que exige la gente", advierte Chavajay.

Arévalo ganó las elecciones con el partido progresista Movimiento Semilla, superando a los partidos de derecha que lideraban las encuestas y quienes habían gobernado Guatemala durante los últimos 30 años.

Encontró un Estado debilitado, caracterizado por la cooptación del sistema judicial para garantizar impunidad y la persecución política contra actores de oposición, incluidos periodistas, líderes indígenas, jueces y fiscales.

"Sabemos que es un gran reto, este Gobierno puso personas capacitadas en los ministerios y secretarías, sin embargo hay un problema en sus puestos medios porque son los que operan la institucionalidad y están llevando a Arévalo a un acomodamiento para que la maquinaria trabaje bajo las mismas dinámicas de los anteriores Gobiernos y que no exista la transformación que el pueblo exige", agrega el líder social.

Chavajay asegura que si bien el Gobierno está iniciando, es urgente que tome "políticas sociales más robustas" que impacten positivamente en la vida de los pueblos indígenas.

"Debe ser un Gobierno que genere oportunidades para todos", indica Chavajay y sostiene que "es urgente que Arévalo atienda las demandas de la gente que está sintiendo el impacto del aumento de la canasta básica, podría fijar precios tope en algunos productos o bien que mantenga medicina en los centros de salud, pero que sus acciones tengan impacto en la población".

En la última semana, una de las organizaciones indígenas del país marchó para exigir al presidente que tome acciones ante el alza de la canasta básica que en el último mes reportó un aumento del 13 % en vegetales y frutas.

"Arévalo necesita acercarse a los pueblos indígenas, escuchar sus demandas y atenderlas porque si no lo hace su deuda podría ser incluso más grande que los anteriores Gobiernos, porque en él se ve una imagen de posibilidad de cambios y transformación", opina el experto.

Desde la visión de Chavajay, si esta Administración no logra diferenciarse de sus antecesores tendrá un impacto negativo en los movimientos progresistas del país, así como en las organizaciones sociales que lo respaldaron y podría afectar los procesos de elección venideros.

Durante sus primeros meses de Gobierno, Arévalo no encontró los respaldos políticos para destituir a la fiscal general, Consuelo Porras, sancionada por Estados Unidos y la Unión Europea, que sigue al frente del Ministerio Público y ha continuado con casos de criminalización, así como desestimando acusaciones contra exfuncionarios y empresarios acusados de delitos como lavado de dinero.

Finalmente, el arranque de la gestión del nuevo presidente guatemalteco ha tenido problemas para responder a las crisis provocadas por el cambio climático, debido a que desde el legislativo no ha encontrado los respaldos para aprobar los fondos de emergencia que necesita.

David Toro Escobar

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