Australia impone toque de queda en la ciudad de Alice Springs por nueva ola de violencia

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Sídney (Australia), 8 jul (EFE).- La Policía australiana anunció este lunes la imposición de un toque de queda, el segundo de este año, en la ciudad de Alice Spring en respuesta a una serie de disturbios del orden público y actos violentos en los últimos días.

La imposición del toque de queda, que comienza esta noche y se extienda durante tres días entre las 10 de la noche y las seis de la mañana, prohíbe la circulación de personas en Alice Spring, a menos que se tenga una razón de fuerza mayor como ir al trabajo, cuidar a un familiar o huir de la violencia doméstica.

El toque de queda impuesto -que coincide con una semana para celebrar la historia, la cultura y los logros de los indígenas australianos- responde a una serie de incidentes violentos, entre ellos la supuesta agresión el domingo de un grupo de veinte hombres a cuatro policías fuera de servicio en Alice Spring.

Los agresores habrían robado y agredido violentamente a dos de las agentes, mientras que el viernes por la noche, otro agente policial fue atropellado a la salida de una licorería tras un supuesto apuñalamiento en la ciudad.

El comisario de policía del Territorio del Norte, Michael Murphy, explicó hoy en una rueda de prensa en Alice Spring que aquellos que contravengan el toque de queda corren el riesgo de ser multados o detenidos.

Murphy también advirtió de que la medida podría prorrogarse en el marco de una ley aprobada en el Parlamento del Territorio Norte que le permite declarar toques de queda de 72 horas para responder al "desorden público" y extender la medida durante siete días con la aprobación del ministro de la Policía de esa jurisdicción.

Se trata del segundo toque de queda en Alice Spring en lo que va de año, después de que en marzo pasado el Gobierno del Territorio Norte impusiera uno de dos semanas a los menores de 18 años para controlar el orden público tras varios actos de violencia.

Alice Spring es una ciudad del desierto de Australia donde viven unos 36.500 habitantes, de los cuales más de un 20 % son aborígenes, una minoría que sufre problemas de discriminación, económicos y sociales y que en esa zona tiene una vida seminómada.

La violencia que se ha incrementado en los últimos meses en Alice Spring, lo que ha motivado a algunos políticos conservadores a pedir la intervención del Gobierno federal, el envío de las fuerzas armadas para restablecer el orden, mayores restricciones a la venta de alcohol o la reducción de la edad de responsabilidad penal. EFE

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