Ciudad de México, 6 jul (EFE).- La Comisión Federal de Electricidad (CFE), empresa del Estado mexicano, anunció este sábado que restableció por completo el servicio a los 432.992 usuarios afectados por el paso del ciclón Beryl en la península de Yucatán, donde tocó tierra el viernes como huracán categoría 2.
Los clientes representan el 19 % del total de 2,2 millones en los estados de Campeche, Yucatán y Quintana Roo, la entidad más afectada por el paso del ciclón, que ahora avanza como tormenta tropical por el Golfo de México, donde tomaría fuerza antes de tocar tierra de nuevo cercan de la frontera con Estados Unidos.
"La Comisión Federal de Electricidad (CFE) informa que, con actividades ininterrumpidas, ha logrado el restablecimiento del suministro eléctrico a la normalidad", indicó en un comunicado tras 29 horas de la interrupción del servicio.
Para la atención de la emergencia, la compañía estatal dispuso de 2.330 trabajadores electricistas, 372 grúas, 624 vehículos, 68 plantas de emergencia, seis vehículos todo terreno, 39 equipos de comunicación móvil y cinco helicópteros.
Pese al paso de la emergencia, el personal de la CFE "permanecerá en la región afectada atendiendo reportes individuales, ejecutando reparaciones definitivas y reforzando la infraestructura eléctrica".
México temía el impacto de Beryl, el primer huracán de la temporada y que ha sentado un "alarmante precedente" porque nunca se había formado a estas alturas del año un ciclón de máxima intensidad en el Atlántico, según alertó el martes la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Beryl dejó más de una decena de muertes a su paso por islas del Caribe tras surgir hace una semana y alcanzar la categoría 5, pero en México hubo saldo blanco y pocos daños en infraestructura en Quintana Roo, el principal destino turístico del país por albergar a Cancún.
De los tres ciclones que ha habido en esta temporada del Atlántico, Beryl es el tercero en impactar México, donde el domingo pasado ingresó la tormenta Chris y la tormenta Alberto, el 20 de junio, dejó seis muertos en Nuevo León, estado de la frontera norte de México.