Bruselas, 4 jul (EFE).- Los líderes de la OTAN esperan aprobar en la cumbre que celebrarán en Washington la semana que viene una nueva estrategia para reforzar las relaciones con los países del flanco sur de la Alianza, desde Oriente Medio al Golfo de Guinea, un área no exenta de desafíos para los aliados.
Los jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN darán su visto bueno a una estrategia elaborada a partir de las propuestas presentadas por el secretario general aliado, Jens Stoltenberg, que se basó en un informe confeccionado por un grupo de expertos independientes que el político noruego nombró en octubre para deliberar sobre la vecindad meridional.
Países como España o Italia han alertado especialmente sobre la necesidad de mirar hacia el flanco sur e implementar con plenitud la visión de 360 grados de la OTAN ante posibles amenazas, como las olas migratorias, el terrorismo o la inestabilidad política, pese al protagonismo y los recursos que acapara el comportamiento de Rusia en el este.
Fuentes cercanas a la Alianza reconocen que la OTAN puede hacer más en el ámbito de la comunicación y la diplomacia pública en los países de la ribera sur del Mediterráneo, algunos de los cuales tienen ya en marcha programas de cooperación con la organización transatlántica.
El grupo de trabajo designado por Stoltenberg presentó su informe en marzo pasado al Consejo del Atlántico Norte, el máximo órgano de toma de decisiones de la OTAN, y en abril los ministros de Exteriores aliados tuvieron ocasión de comentarlo durante una reunión en Bruselas antes de que fuera publicado en mayo.
Compuesto por once expertos -entre ellos el exeurodiputado socialista español Carlos Carnero-, el grupo presentó en su estudio 114 recomendaciones tras haber estado en contacto con altos cargos civiles y militares aliados, socios de la OTAN en su vecindad sur, académicos y representantes de la sociedad civil.
El informe advierte de que los desafíos del flanco sur están cada vez más interconectados con los del este y la seguridad de los aliados está estrechamente entrelazada con la de Oriente Medio, el norte de África, el Sahel e incluso el golfo de Guinea.
Por ello, propone ahondar en las relaciones políticas y la diplomacia pública con ese vecindario sur con nuevos enfoques y nuevas formas y alcance, partiendo de la relación que tiene la OTAN desde hace 30 años con los socios del Diálogo con el Mediterráneo (Argelia, Egipto, Israel, Jordania, Mauritania, Marruecos y Túnez) o desde hace 20 años con los de la Iniciativa de Cooperación de Estambul (Baréin, Catar, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos y Yemen).
La OTAN ha impulsado paquetes de desarrollo de las capacidades de defensa de Jordania, Túnez y Mauritania, pero los expertos proponen ir más allá y, en la línea de la misión desplegada en Irak, abogan por explorar la posibilidad de crear misiones de la OTAN dedicadas a la formación y capacitación de los socios, que se desplegaría previa invitación de éstos.
También abogan por el nombramiento de un enviado especial de la OTAN para el flanco sur, así como por la búsqueda de soluciones compartidas a las amenazas comunes que enfrentan tanto la Alianza como estos países, incluido el impacto desestabilizador de Rusia y China y la amenaza que representa el terrorismo.
En un momento en que la guerra en Gaza amenaza la estabilidad de la región, el informe hace hincapié en el compromiso previamente declarado por los aliados con una paz duradera entre israelíes y palestinos mediante una solución de dos Estados, así como en el apoyo a los esfuerzos internacionales de paz de los aliados para aplicar esa solución.
Como medida a largo plazo, el documento propone que la OTAN invite a la Autoridad Palestina a observar o participar en las actividades del Diálogo con el Mediterráneo que tiene en marcha la Alianza, de acuerdo con las prácticas existentes.
Ya en la cumbre que celebraron en Madrid en junio de 2022, los líderes aliados aprobaron un nuevo Concepto Estratégico (estrategia para los próximos años) en el que dejaron claro que deben garantizar la defensa vengan de donde vengan las amenazas, e identificaron el terrorismo como uno de los principales peligros para su seguridad.
En Washington darán un paso más y llegarán a “decisiones, conclusiones de los aliados para seguir reforzando nuestro enfoque de los retos que observamos en nuestra vecindad meridional”, en palabras de Stoltenberg.
En su opinión, que la OTAN refuerce su disuasión y defensa e invierta en capacidades de alto nivel “también es relevante para el sur y formará parte de nuestra respuesta a cualquier amenaza procedente del sur”. EFE
rja/cat/rf
