La Junta birmana "está contra las cuerdas" y es el momento de actuar, afirma relator ONU

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Ginebra, 4 jul (EFE).- La Junta Militar birmana "está contra las cuerdas, y es el momento de tomar acciones decisivas" para poner fin a sus repetidas violaciones de derechos humanos, aseguró este jueves el relator de la ONU para Birmania (Myanmar), Thomas Andrews, en el debate sobre la situación del país en el Consejo de Derechos Humanos.

"Sus bases militares siguen cayendo ante las fuerzas de resistencia, decenas de miles de soldados han fallecido, se han rendido o han desertado", y en respuesta a ello la Junta "está redoblando sus ataques brutales contra poblaciones civiles e intentando fomentar el odio entre grupos étnicos", describió.

Los líderes de la Junta Militar que llegó al poder tras el golpe de Estado de 2021 "parecen comprometidos a destruir un país que no pueden controlar", denunció el excongresista estadounidense.

En un repaso a los abusos cometidos en el país desde su anterior comparecencia ante el Consejo de la ONU en marzo, Andrews subrayó que continúan los bombardeos aéreos contra poblaciones civiles, que han destruido pueblos enteros, monasterios y hospitales, pero además se han reportado numerosas masacres cometidas por militares.

"Muchas víctimas fueron asesinadas a punta de pistola tras ser interrogadas, incluyendo mujeres, niños y ancianos", señaló el relator, quien también acusó a las fuerzas militares de ser responsables de numerosas violaciones a mujeres y otros crímenes sexuales.

El experto citó la situación especial del estado de Rakáin, en el oeste del país, donde la Junta pierde terreno ante las milicias Arakán y para la minoría musulmana rohinyá "la situación recuerda a la que llevó a la violencia genocida de los años 2016 y 2017", cuando centenares de miles de ellos huyeron a la vecina Bangladés.

El ejército birmano emplea allí su táctica de fomentar la violencia étnica entre comunidades rakáin y rohinyá, llegando incluso a reclutar a miembros de la segunda de estas etnias en sus filas.

"Jóvenes rohinyá son forzados a luchar en las filas del mismo ejército responsable de ataques genocidas contra sus familias y comunidades", denunció Andrews, quien subrayó que el conflicto en ese estado ha causado centenares de miles de desplazados en los últimos meses.

Al respecto, el relator pidió a Bangladés que abra sus fronteras para que comunidades desesperadas puedan buscar refugio, y que la comunidad internacional preste apoyo, en un momento en el que se han denunciado repatriaciones forzadas de civiles birmanos que habían buscado mayor seguridad en ese país vecino y también en la India.

En cuanto al apoyo financiero a la Junta Militar, Andrews, quien en informes previos denunció que Singapur se había convertido en el principal centro para la compra de armamento del ejército birmano, destacó que se ha logrado reducir en un 90 % el volumen de transacciones entre los militares y firmas registradas en la ciudad estado surasiática.

La Junta ha intentado contrarrestar esto aumentando sus transacciones con firmas de Tailandia, aunque, según el relator, las autoridades de ese país han prometido investigar este tráfico de armamento en su territorio, por valor de unos 130 millones de dólares en el último año. EFE

abc/cg

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