Presidente de Ecuador designa a Antonio Gonçalves como nuevo ministro de Energía y Minas

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Quito, 2 jul (EFE).- El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, designó este martes al economista Antonio Gonçalves como su nuevo ministro de Energía y Minas, en reemplazo de Roberto Luque, quien estaba encargado del puesto de manera interina y que es titular de la cartera de Transporte y Obras Públicas.

Mediante un decreto ejecutivo, Noboa designó a Gonçalves en un momento en que Ecuador afronta problemas por el déficit de generación de electricidad, la falta de inversiones y mantenimiento en las plantas de suministro.

En abril pasado, el Gobierno programó periodos de corte de electricidad a nivel nacional, con apagones que duraron entre dos y trece horas de acuerdo a un plan que fijó calendarios y zonas de racionamiento.

Luque, que es el ministro de Transporte y Obras Públicas, estuvo encargado temporalmente de la cartera de Energía y Minas desde el pasado 16 de abril, en plena crisis, cuando Andrea Arrobo renunció por pedido de Noboa, quien le acusó de supuesto sabotaje al considerar que, junto a otros funcionarios, había causado la crisis energética.

En aquel momento una severa sequía afectó la generación en el complejo de centrales hidroeléctricas más importantes del país.

"Me complace presentarles al nuevo ministro de Energía y Minas: Antonio Gonçalves", escribió Luque en su cuenta de X al dar la bienvenida a su sustituto.

Gonçalves ha trabajado como jefe de operaciones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y tiene una amplia trayectoria y conocimiento en el sector financiero, según un perfil difundido por el Gobierno.

El nuevo ministro asumirá sus funciones en un momento en que el país teme que las variaciones en las condiciones del tiempo puedan afectar a las principales plantas hidroeléctricas.

A finales de 2023 y a mediados de abril pasado, sendos periodos de sequía dejaron al descubierto los problemas del sector eléctrico nacional por la bajada drástica de la generación en varias de las más importantes centrales.

El Gobierno entonces programó periodos de racionamiento, sobre todo por la reducción de los caudales en el río Paute, que nutre a un complejo hidroeléctrico de tres plantas de generación, las mismas que tienen una capacidad instalada de 1.757 megavatios de energía.

Además, tras terminar la sequía, los fuertes aguaceros afectaron a la mayor planta hidroeléctrica del país, Coca Codo Sinclair, de 1.500 megavatios de potencia instalada, debido a que el aumento de los caudales también acarreó gran cantidad de sedimentos que puso en riesgo sus sistemas de máquinas.

Según las autoridades, también la falta de inversiones y el escaso mantenimiento del parque eléctrico nacional en la última década, ha contribuido a ahondar la crisis.

Se calcula que cada hora de racionamiento eléctrico provoca en el país pérdidas por unos 12 millones de dólares. EFE

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