El próximo Gobierno británico tiene el reto de hacer crecer la economía y el nivel de vida

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Londres, 3 jul (EFE).- El próximo Gobierno del Reino Unido, probablemente laborista, afronta el reto de hacer crecer una economía lastrada por la baja productividad y mejorar el nivel de vida de los ciudadanos, cuyos ingresos siguen estancados frente al encarecimiento de los alimentos y la vivienda.

Tras 14 años de mandato conservador, todas las encuestas apuntan a una rotunda victoria en las elecciones de este jueves del Partido Laborista de Keir Starmer, quien centra su programa en un solo concepto: "Fomentar el crecimiento económico".

Pese a que el primer ministro 'tory', Rishi Sunak, insiste en que sus políticas han marcado "un punto de inflexión", los analistas señalan que queda mucho por hacer.

Tras una recesión técnica entre julio y diciembre de 2023, el producto interior bruto (PIB) británico aumentó un 0,7 % en el primer trimestre de 2024 y se prevé un índice anual del 0,8 %.

Aún más ralentizado está el PIB per cápita, que avanzó apenas un 4,3 % entre 2007 y 2023 -comparado con un 46 % en los 16 años previos-, su tasa más baja desde 1826, según el centro de estudios Resolution Foundation.

La inflación bajó en mayo al objetivo oficial del 2 %, de más de un 11 % durante la pandemia, pero el precio de la comida se mantiene un 20 % más alto que en julio de 2021.

La tasa de desempleo es del 4,4 % y los tipos de interés se mantienen en el 5,25 %, con una deuda neta acumulada de 2,74 billones de libras (3,23 billones de euros), equivalente al 99,8 % del PIB.

Los principales desafíos para el próximo Ejecutivo giran en torno "al crecimiento, el empleo, la fiscalidad y la desigualdad", dice Gregory Thwaites, director de investigación de Resolution Foundation.

"La economía del Reino Unido crece menos rápido que antes y menos rápido de lo que debería. En general, está en el medio del grupo de países industrializados: somos más o menos tan ricos como Francia y Canadá pero no tanto como Alemania o los Países Bajos", declara a EFE.

Junto a la ralentización económica, el Ejecutivo resultante de las elecciones del 4 de julio se enfrentará a un menor margen de maniobra fiscal, pues los impuestos están a su máximo nivel tras la Segunda Guerra Mundial -si bien los servicios públicos siguen mermados tras años de austeridad-, afirma el economista.

En la actualidad, el Estado británico debe lidiar con intereses más altos sobre la deuda y un aumento de la factura social, por el envejecimiento de la población y un incremento de las bajas por incapacidad tras la crisis sanitaria.

Thwaites observa que, después de 80 años, el país está dejando además de percibir el "dividendo de la paz", que le permitió ahorrar en el presupuesto de Defensa para beneficio de la Sanidad o la Educación.

En su opinión, "el mayor error político" de los conservadores que socavó el crecimiento del Reino Unido ha sido el Brexit. "No ha sido una catástrofe, pero sí un desastre", manifiesta.

Después del referéndum de 2016, cayó la inversión extranjera en el país y subió el coste del comercio de bienes con la Unión Europea, sin que se redujera significativamente con otros posibles socios, recuerda.

Por este motivo, Thwaites, que trabajó en el Banco de Inglaterra entre 2001 y 2018, cree que lo más útil que puede hacer el Partido Laborista si llega al poder es "reducir los costos comerciales con la UE negociando un acuerdo mejorado", sin romper su compromiso de no regresar al mercado único ni a la unión aduanera.

"Lo segundo que podría hacer es reformar el sistema de planificación y uso del suelo en el Reino Unido, que es muy costoso, arbitrario y restrictivo, lo que hace muy difícil construir infraestructura", apunta.

El economista también recomienda "aumentar y estabilizar el nivel de inversión pública para que los planificadores gubernamentales tengan más certeza sobre lo que pueden gastar en la legislatura", y modificar el sistema tributario para facilitar la venta de casas o negocios.

Aunque estas iniciativas en particular son baratas, puede ser que, para cumplir sus objetivos, un eventual Gobierno laborista se vea obligado a tomar prestado para invertir, dado que ha prometido no subir los impuestos de la renta, el del valor añadido (IVA) y la contribución a la seguridad social.

"También es posible que tengan suerte y los tipos de interés bajen o la economía crezca más rápido por sí sola. Si eso sucede, tendrán dinero para gastar. Pero si esto no sucede y además la población se enferma más, deberán encontrar ese dinero", mantiene.

Judith Mora

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