El día que Ancelotti tumbó a España con el 9 a la espalda

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Roberto Morales

Donaueschingen (Alemania), 3 jul (EFE).- En una Italia con Vialli y Mancini en la delantera como titulares. Con Alessandro Altobelli entrando desde el banquillo. Un centrocampista de corte defensivo como Carlo Ancelotti portó el 9 en su única Eurocopa, la de 1988, cuando se cruzó en el camino para tumbar a una España guerrera.

Integrante de una generación recordada eternamente en el Milan, antes Ancelotti se hizo un nombre en el fútbol italiano brillando en la Roma de Paulo Falcao y Bruno Conti. Cuando le dejaron las lesiones que le apartaron del campo en su primera Copa de Europa, perdida ante el Liverpool en 1984 de la forma más dolorosa, en la tanda de penaltis.

Se desquitó 'Carletto' posteriormente. Para la memoria futbolística su nombre estuvo asociado junto al de Ruud Gullit, Marco van Basten, Franco Baresi, Frank Rijkaard o un joven Paolo Maldini en la conquista de dos Copas de Europa.

Así, entre dos Mundiales, México 1986 e Italia 1990, en los que apenas tuvo protagonismo, una sola titularidad y en el partido de consolación ante Inglaterra por la tercera plaza. En una década de internacionalidades en la que disputó 26 encuentros y apenas marcó un tanto, siendo titular el día de su inolvidable debut ante Países Bajos, apareció una Eurocopa como gran competición con un protagonismo de actor principal.

Titular Ancelotti al mando del juego de una Italia en la que compartía centro del campo con Roberto Donadoni, Giuseppe Giannini y Fernando De Napoli, necesitaba el triunfo en la segunda jornada ante España tras haber empatado frente a Alemania Occidental mientras que la Roja, dirigida por Miguel Muñoz, derrotaba a Dinamarca con goles de Míchel, Emilio Butragueño y Rafa Gordillo.

En el Waldstadion de Fráncfort, en aquella época aún Alemania Federal, Ancelotti tomó el mando del juego de una Italia dirigida por Azeglio Vicini que sudó para pasar por encima de España. Superada en fútbol, duras entradas de Tomás Reñones, Miquel Soler o Víctor Muñoz frenaron por momentos al rival hasta que Ancelotti encontró la línea de pase al movimiento de Vialli que definió tras una acción repleta de calidad, con un disparo cruzado inalcanzable para Andoni Zubizarreta.

El mundo al revés. El dorsal del goleador, el 9, lo llevaba el centrocampista que imponía el equilibrio y que impulsó a Italia hacia el pase a las semifinales donde fue acabó la única Eurocopa de Ancelotti, inferior ante la Unión Soviética. EFE

rmm/jpd

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