Alemania, Rudi Voller y el reflejo de 1988

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Nuremberg (Alemania), 3 jul (EFE).- Alemania lleva sin ganar a España en un partido oficial desde 1988. Han pasado 36 años desde aquel partido de Eurocopa en el que Rudi Voller anotó un doblete y dejó sin semifinales a La Roja, un duelo que marcó un antes y un después en la historia del fútbol entre estas dos selecciones, las más laureadas en este torneo -con 3 trofeos cada una- y que ahora sirve como ejemplo para los hombres de Julians Nagelsmann.

Acompañada del favoritismo adquirido partido a partido por su juego, por su impresionante irrupción en una Eurocopa 2024 en la que no era esperada, España comparecerá en los cuartos de final del torneo con la historia reciente de su lado. A la 'Mannschaft' se le atraganta el rojo en partidos oficiales. Y son conscientes de ello.

De hecho, Leroy Sané, delantero del Bayern Múnich, lo reconoció abiertamente en rueda de prensa este martes, recordando el 6-0 que encajó en la Liga de Naciones de 2020, en el penúltimo enfrentamiento previo a los próximos cuartos. El último fue un empate a uno en la fase de grupos del Mundial de Qatar 2022.

"Fuimos humillados en La Cartuja, pero está eso es agua pasada ya. Hemos reseteado y ahora tenemos la posibilidad de pasar a semifinales y eso es lo que cuenta. Queremos conseguir algo grande y España es el primer escalón", declaró desde Herzogenaurach, localidad situada a unos 18 kilómetros de Nuremberg, donde la 'Mansschaft' prepara el torneo.

Para Joshua Kimmich, compañero de equipo de Sané y su capitán en la selección, la solución está clara: "Quizá podamos introducir a Rudi... se lo preguntaré", dijo entre risas este lunes, en la rueda de prensa habitual de la selección germana, afincada en Nurenberg, ya preparando el duelo ante su nueva bestia negra.

Y es que la última pesadilla alemana para España fue el mítico Voller, que ahora le señala el camino a Nagelsmann, a Kroos, a Gundogan y compañía. También a la afición, aunque de manera indirecta. Porque el saxofonista que pone patas arriba las zonas reservadas a aficionados para ver los partidos de Alemania en la calle porta la camiseta del goleador de 1988.

Voller, que desarrolló la mayor parte de su carrera en el Werder Bremen y en el Roma, es uno de los supervivientes que quedan dentro del círculo de la Federación Alemana de Fútbol (DFB) que ganó a España por última vez en partido oficial. Fue en un torneo que se celebró curiosamente en Alemania y en el que fue el autor de los 2 goles. El primero en el minuto 30, el segundo en el 51. Ahora es el director deportivo de la 'Mannshaft'.

Al espíritu de esa Alemania anfitriona se agarra el combinado germano. Al de Voller, al de Lothar Matthaus, al de Jurgen Klinsmann y al de Andreas Brehme, los últimos que lograron la hazaña de ganarle a España. El país al completo quiere pasar a semifinales a todo coste, sin importar forma ni fondo. Pero si encima es ganando a España, mucho mejor.

Es un partido de doble filo por la cuenta pendiente. La confirmación de que Alemania está capacitada para ganar su Eurocopa, o la enésima decepción de los últimos nueves años. Otra catástrofe o la esperada redención de una potencia.

Esta generación de jugadores, la actual, no sabe lo que es ganar a España en partido oficial. La mayoría ni habían nacido en 1988, solo conocen la historia de aquel partido en el que Voller tumbó a los españoles por última vez. Ni siquiera Kroos, que se retira en cuanto acabe la Euro. Está, por cierto, ante el que puede ser su último partido. El duelo de cuartos es el reto mayúsculo de todo un país. Una posible victoria doble que muchos querían en la final, pero que los cruces del cuadro adelantaron una semana.

Alemania tiene en Voller y la Eurocopa el reflejo de lo que tiene que ser para ganar a los de Luis de la Fuente. Con todo el equipo sano, a excepción de un Emre Can que no entraba demasiado en los planes, Alemania no tiene excusa para no pugnar por una victoria que acabe con una maldición de 36 años.

Tomás Frutos

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