Southgate vs. Yakin, amargura frente a felicidad

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Juan José Lahuerta

Leipzig (Alemania), 2 jul (EFE).- El duelo que protagonizarán el próximo sábado Inglaterra y Suiza en Düsseldorf medirá el estado de los banquillos de ambas selecciones, con Gareth Southgate criticado por el entorno que rodea al combinado británico desde antes del inicio de la Eurocopa, y Murat Yakin, aplaudido por todo su país después de dirigir al conjunto helvético con un éxito rotundo durante los cuatro encuentros que ha disputado en el torneo.

La felicidad de uno contrasta con la depresión del otro. Por lo menos de puertas hacia fuera, esa la impresión que generan los dueños de los destinos de Inglaterra y de Suiza, que proyectan hacia sus jugadores sensaciones agridulces que pueden marcar el paso en un duelo en el que el conjunto dirigido por Gareth Southgate debería ser favorito para acceder a las semifinales.

Sin embargo, el viaje de Inglaterra por la Eurocopa no invita a pensar que terminará con un título que no han saboreado desde el Mundial de 1966. Durante casi seis décadas, las vitrinas de la Asociación Inglesa de Fútbol no han añadido ningún trofeo más y sólo uno luce solitario a la espera de compañía. Y tal y como se ha mostrado Inglaterra en Alemania, no tiene pinta de añadir otro éxito al ya lejano Mundial de Inglaterra.

Southgate, después de casi ocho años en el cargo, tiene una bola extra después de salvar un punto de partido en octavos de final. La chilena de Jude Bellingham frente a Eslovaquia que provocó el empate en el tiempo añadido para abrir el camino hacia la victoria, salvó el pellejo del técnico británico. Él mismo, antes del inicio del torneo, se puso un límite mínimo para seguir en el cargo. Y fue ambicioso, quizá demasiado. En una entrevista con 'Bild' dijo que si no ganaba la Eurocopa haría las maletas.

Esas declaraciones no ayudaron a que sus jugadores vivieran en un remanso de paz. Antes de que echara el balón a rodar, Inglaterra ya tenía una polémica encima. Y además, el debut contra Serbia no fue muy prometedor y sólo gracias (otra vez) a Bellingham, el equipo de Southgate sumó una victoria con un tanto solitario del jugador del Real Madrid. Después, los empates ante Dinamarca (1-1) y Eslovenia (0-0) con una imagen sombría y un inmovilismo frustrante en la alineación, no ayudó nada a mejorar la imagen de Southgate.

Los octavos de final podrían haber marcado un antes y un después para el seleccionador inglés. Tenía ganas de dar un puñetazo encima de la mesa para silenciar a todos los críticos. Se atrevió a colocar a Kobbie Mainoo como única novedad para dirigir el centro del campo y tampoco pasó nada. Cole Palmer, el más acertado y siempre en el banquillo, seguía sentado a su vera y sólo cuando salió al césped el jugador del Chelsea, Inglaterra reaccionó hasta el tanto milagroso de Bellingham.

El acierto del medio madridista no silenció nada. La imagen de Inglaterra volvió a quedar por los suelos y a Southgate continúan lloviéndole las críticas mientras habla de unión para seguir adelante en la competición con el objetivo de ganar la Eurocopa. Pero, la realidad, es que salvo con Serbia, en 90 minutos no ha podido superar a selecciones inferiores como Eslovaquia, Eslovenia o Dinamarca. Y ahora, Suiza, aparece por el horizonte.

Y al frente del conjunto helvético está Murat Yakin, un hombre cuya felicidad contrasta con la amargura de Southgate. Yakin fue ex jugador de equipos como el Sttutgart o el Basilea e internacional 49 veces con su país. Desde 2009 trabaja en los banquillos y se hizo con el puesto de la selección suiza en agosto de 2021. No es un inexperto en la gestión de grupos en grandes torneos, porque consiguió dirigir al combinado helvético hasta los octavos de final del Mundial de Catar. Portugal acabó con su aventura con un doloroso 6-1.

Su fichaje, para sustituir a Vladimir Petkovic, llegó con un mensaje claro de Dominique Blanc, presidente de la Asociación Suiza de Fútbol. “Encarna nuestro estilo suizo. Moderno, con sus propias ideas y conceptos audaces. Representa la continuidad en nuestro equipo nacional, pero al mismo tiempo, el desarrollo de este equipo para un futuro exitoso”.

Para Blanc, la clave del futuro de Suiza radicaba en cerrar poco a poco la etapa de la 'Generación Dorada' y encontrar relevos para dar continuidad al exitoso proyecto en el que han brillado (y brillan todavía) jugadores como Xhaka, Sommer, Schär o Ricardo Rodríguez. Eso sí, el camino de Yakin no estuvo exento de problemas. Incluso, como Southgate, llegó con dudas sobre su continuidad tras la Eurocopa por sus irregulares prestaciones durante la fase de clasificación (cuatro victorias, cinco empates y una derrota para terminar como segunda de grupo).

Sin embargo, todas esas dudas se disiparon tras la puesta en escena de Suiza en la Eurocopa. Ganó 1-3 a Hungría con brillantez y empató 1-1 ante Escocia y Alemania. Y en cuanto se clasificaron para octavos, su director deportivo, Pierluigi Tami, salió a la palestra para afianzar a su entrenador: "Siempre dije que Murat Yakin era mi 'plan A' para el puesto. Cuando acabe la Eurocopa, nos sentaremos juntos y hablaremos".

Después, Suiza pasó por encima de Italia y la euforia ya se ha desatado entre los helvéticos. Ya nadie duda de la continuidad de su entrenador, que irradia optimismo: "Hemos lanzado un mensaje fuerte después de ganar a Italia. Es importante saborear la victoria y la ola de entusiasmo que hemos creado. Lo hemos hecho con sangre, sudor y lágrimas, no con suerte", destacó.

Ese es el contraste entre Yakin y Southgate. Uno está ratificado en el puesto, ha generado una ola de entusiasmo entre sus seguidores y va lanzado a por las semifinales. El otro, tiene pie y medio fuera de la selección inglesa, su proyecto parece apagado, no genera ningún entusiasmo y parece ganar por inercia. Y así se verán las caras Suiza e Inglaterra en unos días, con la felicidad en el banquillo helvético y la amargura en el británico. Pero eso, en el fútbol, no significa nada porque en un solo instante, todo puede cambiar. EFE

jjl/lm

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