Juan Aguilar
Karlovy Vary (R. Checa), 2 jul (EFE).- El maltrato de un padre a su hija es el punto de origen, pero no el eje, de 'Cura Sana' un cortometraje que la hispano-cubana Lucía G. Romero ha presentado este martes en el Festival de Karlovy Vary, y que reflexiona sobre todo tipo de violencias, desde las físicas a las que no se ven.
“A mí me gusta reflexionar en la violencia no explícita, siento que muchas veces entendemos la violencia como algo explícito y algo físico o incluso verbal, como insultos, pero creo que tiene más ramificaciones”, explica a EFE la directora hispano-cubana Lucía G. Romero sobre su opera prima.
La película, de 18 minutos, participa en la categoría no competitiva 'Future Frames' del certamen checo, que celebra su 58º edición hasta el día 6 de julio.
La película narra un día de San Juan en la vida de Jessica, de 14 años, y de Alma, de ocho, que viven con un padre maltratador que nunca llega a aparecer en pantalla pero cuya violenta presencia se intuye.
La realizadora quiere retratar también que “existe una violencia institucional, que perpetúa las situaciones individuales de manera colectiva".
La violencia es que dos niñas no tengan para comer, cuenta sobre el hecho de que las dos hermanas tengan que acudir a un centro de Cáritas, o que sufran ataques homófobos y racistas.
"Eso también es violencia”, enfatiza.
Ante todas esas violencias, las dos niñas se dan cuenta de que no les queda más opción que tratarse con amor para sobrellevar su día a día.
Romero denuncia también la violencia que supone criarse en un entorno hostil, y cómo la frustración de quienes sufren esa precariadad provoca más hostilidad.
“Creo que en el sistema capitalista en el que vivimos se genera mucha violencia y tiene que ser no solo una cosa individual de las familias, sino un esfuerzo colectivo el crear un mundo más habitable para todos y todas”, sostiene.
Respecto a cómo el cine trata la violencia, la directora cree que “a menudo se polariza un poco lo que es la víctima y el victimario.
Romero considera que el cine da una imagen de una “víctima que nunca contesta, que siempre es sumisa y que está muy afectada por lo que le está pasando”, mientras que el agresor es "alguien despiadado y casi un psicópata”.
“Creo que no hay tanta distancia entre ambos. Por ejemplo, la protagonista del cortometraje, ella es ambos a la vez. Está siendo víctima de violencia por parte de su padre, pero también ejerce esa violencia con su hermana pequeña”, aprecia la directora, quien echa de menos más "espacios grises"
“La gente creo que no es esencialmente maquiavélica, no hay nadie que quiera hacer daño gratuito o sí lo hay, no creo que sea la mayoría de los casos. Yo creo que viene de una rotura en la infancia o en la adolescencia, que no puedes sanar, y al final no sabes cómo relacionarte desde el amor y el cuidado”, valora.
La realizadora reconoce que en su película hay algo de su propia vida.
"La historia sobre la violencia y cómo se traslada generación tras generación es algo muy cercano a mí y a mi madre, mi tía y mi abuela. Era algo muy personal que quería explorar, fue un proceso de sanación, me ayudó a sanar algo dentro de mi familia", explica.
'Cura Sana' ganó el Oso de Cristal al mejor corto de la sección 'Generation 14Plus', dedicada al público juvenil, en la pasada Berlinale.
Romero está escribiendo su primer largometraje, que expandirá la historia que se narra en 'Cura Sana'.