Juan José Lahuerta
Leipzig (Alemania), 2 jul (EFE).- Derrotada con otro churro de Francia, por un gol en propia meta de Jan Vertonghen y después de una Eurocopa irregular, Bélgica mira de reojo al mejor de los supervivientes de su 'Generación Dorada', Kevin de Bruyne, que podría haber disputado frente al combinado de Didier Deschamps su último gran torneo internacional con su selección.
Uno de los pocos que salvó el honor de Bélgica, a sus 33 años, pudo haber dicho adiós a las convocatorias de Domenico Tedesco, incapaz de ensamblar a las nuevas generaciones del fútbol belga con los más veteranos que poco a poco van bajando la persiana. El técnico italiano tenía buenos cimientos antes de iniciar el campeonato y De Bruyne era el mayor valor por su calidad, veteranía y liderazgo. El jugador del Manchester City cumplió con sus expectativas, pero el resto de sus compañeros no. Y ahora, podría abandonar para siempre a los 'Diablos Rojos'.
"No lo decidiré hasta este verano. Todavía es demasiado pronto para decidir si voy a continuar en la selección. Déjame procesar esto primero. Vamos a pensar en todo y habrá una decisión después del verano", expuso el centrocampista a 'Sporza' nada más terminar el encuentro frente a Francia.
La salida definitiva de Kevin De Bruyne podría significar el adiós a la 'Generación Dorada'. Si en plenas facultades y rindiendo al máximo nivel se va, otros posiblemente también den un paso al lado. En Alemania, sus compañeros de viejas aventuras aportaron poco por la causa. Algunos, posiblemente hasta restaron, como es el caso de Romelu Lukaku, peleado con el gol, errático frente a las porterías rivales y con un gafe sobre sus hombros espantoso. Con 31 años, aún tiene mecha para rato, pero sus actuación en la Eurocopa, resumida en cero goles, tres anulados por el VAR e incontables ocasiones falladas, pueden impulsar su marcha.
Otros como Axel Witsel (35 años) o Thomas Meunier (32), ni siquiera jugaron. Llegaron lesionados a la Eurocopa y no consiguieron recuperarse. Se les esperaba para los cuartos de final, pero otro de los veteranos, Jan Vertonghen, cerró el paso de ambos con una acción llena de mala suerte. Suyo fue el tanto de Francia, en propia meta, con el que Bélgica se despidió de la Eurocopa. Con 37 años, el central del Anderlecht también podría haber jugado su último encuentro.
Yannick Carraso, con 30 años, también podría seguir. No es un veterano ni mucho menos, pero su presencia en el once de Tedesco fue intermitente durante la Eurocopa. Fue titular en dos de los cuatro encuentros y salvo algunos detalles, pasó desapercibido. Como otro miembro ilustre de la 'Generación Dorada', Thibaut Courtois, que ni siquiera fue convocado por una grave de lesión de rodilla de la que se recuperó a final de temporada. Insuficiente para Tedesco, que además no tiene una buena relación con el portero del Real Madrid.
Son los seis supervivientes de una generación que perdió a muchos de sus miembros tras el desastre del Mundial de Catar en 2022, en el que no pasaron de la fase de grupos. Toby Alderweireld, Eden Hazard, Dries Mertens y Michy Batshuayi dijeron adiós o simplemente no fueron convocados. De la Eurocopa anterior, fueron víctimas de otro desengaño Thomas Vermaelen y Christian Benteke, que sucedieron a los Vincent Kompany, Marouane Fellaini y Mousa Dembélé, terceros en el Mundial de Rusia 2018, uno de los grandes hitos de la 'Generación Dorada'.
La realidad es que desde el Mundial de Brasil 2014, un grupo de jugadores que salió de la nada provocó el renacimiento de una selección perdedora y sin ilusiones. Bélgica no participaba en ninguna competición internacional desde el Mundial de Corea y Japón 2002. Por el camino, se quedaron sin las Eurocopas de Portugal 2004, Austria y Suiza 2008 y Polonia y Ucrania 2012 y sin los Mundiales de Alemania 2006 y Sudáfrica 2010. En total, cinco grandes torneos alejados de la elite.
Ese desastre lo arreglaron unos chavales que hace una década generaron una ilusión tremenda. Por Brasil ya aparecieron Courtois, Vertonghen, Witsel, De Bruyne y Lukaku, todos veinteañeros e impulsores del gran fútbol de su país que aportó aire fresco al planeta fútbol. A lo largo de seis grandes torneos rozaron el éxito y sufrieron el fracaso, pero nadie puede dejar de reconocer que su gran aportación al fútbol belga es incontestable.
Alcanzaron sus mejores registros con los cuartos de final del Mundial de Brasil 2014 y de las Eurocopas de 2016 y 2018. Su mayor éxito fue el tercer puesto de Rusia 2018, mientras que en Catar 2018 dieron señales de agotamiento tras estancarse en la fase de grupos. Éstas se han confirmado en Alemania, fuera en octavos de final después de jugar una fase de grupos que nadie recordará.
Pero Bélgica tiene detrás a una nueva hornada que promete: ahí están Jérémy Doku, Arthur Theate, Arthur Vermeeren, Dodi Lukébakio, Johan Bakayoko, Amadou Onana, Loïs Openda o Charles De Ketelaere, jóvenes que o han derribado la puerta o van por el buen camino para hacerlo. Tal vez, necesiten un último esfuerzo de nombres como Kevin De Bruyne, que podría hacer un último servicio para prolongar una transición más dulce que su triste final.
De hecho, en la zona mixta tras la derrota ante Francia, De Bruyne se marchó de muy mal humor. Un periodista le lanzó una pregunta malvada: "¿Por qué la 'Generación Dorada' de Bélgica nunca ganó algo?", dijo. El medio del City, respondió como pudo: "¿Francia, Inglaterra, España o Alemania no tienen una generación dorada?". Después, se dio la vuelta, negó con la cabeza y llamó "estupido" a su interlocutor.
Ese podría ser el final de De Bruyne con Bélgica, un tanto abrupto. También es posible que en sus meditaciones estivales piense que merece acabar mejor una relación con su selección que dura una década. Podría sumar algún torneo más, aguantar hasta el Mundial de Estados Unidos, Canadá y México y buscar un último baile para dirigir a las jóvenes promesas de su país hacia los éxitos que todavía no ha conseguido. Bélgica, sin duda, vive pendiente de Kevin De Bruyne, que durante un par de meses deshojará la margarita para decir si alarga su carrera internacional. EFE
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