El peronismo sigue reconfigurándose a cincuenta años de la muerte de su líder

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San Vicente (Argentina), 1 jul (EFE).- El peronismo sigue reconfigurándose como una propuesta política vibrante cincuenta años después de la muerte de su creador, el general y tres veces presidente argentino Juan Domingo Perón, destacó este lunes en un acto conmemorativo uno de sus principales referentes, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof.

En una celebración para realizar una “puesta en valor” de la Quinta San Vicente, una de las residencias emblemáticas de Perón, Kicillof resaltó la capacidad del movimiento peronista para adaptarse y mantenerse relevante en el panorama político argentino.

“En todo el mundo es la hora de los nacionalistas, no de los vendepatrias. Por eso, el papa Francisco dijo claramente que los Estados nacionales son más necesarios que nunca. Nosotros en la provincia seguimos este camino”, declaró Kicillof en un discurso frente a unas 5.000 personas congregadas en la quinta.

La provincia de Buenos Aires es uno de los siete bastiones que le restan al peronismo en el país, y Kicillof uno de los últimos referentes de un kirchnerismo, que continúa reperfilándose como oposición bajo la búsqueda de unidad, tras la derrota del exministro de Economía Sergio Massa con la coalición Unión Por la Patria (peronista) frente al ultraliberal Javier Milei, en segunda vuelta.

“El sueño de Milei es una Argentina sin Estado, que sería una Argentina sin eduación, salud, obra pública, soberanía y sin paz. Durante una entrevista dijo: ‘Soy un topo, vengo a destruir el Estado desde dentro’. Más que un chiste, es la confesión de un crimen social”, arremetió Kicillof.

Ricardo Quintela, gobernador (peronista) de la provincia de La Rioja, quien también habló en este acto, coincidió con Kicillof en que Milei “es producto de errores” cometidos por los peronistas, motivo por el cual, la senadora por la provincia de Catamarca, Lucía Corpacci, afirmó: “No hay otra opción que la unidad, aunque nos duela”.

Esta última frase recuerda que el peronismo no ha sido unión por ideología, sino un encolumnamiento detrás de un líder y ese posible puesto podría ocuparlo Kicillof, considerado delfín político de la exmandataria Cristina Fernández (2007-2015).

Otros de los enclaves peronistas en la Argentina de hoy son la provincia de Formosa, administrada de forma ininterrumpida desde 1995 por Gildo Insfran, y La Pampa, regida por Sergio Zillotto, quien se encuentra en una gira nacional para agrupar gobernadores en un frente opositor contra los recortes de Milei a los territorios provinciales.

Los Gobiernos provinciales de Tucumán y Catamarca, pese a ser peronistas, han visto con buenos ojos las propuestas libertarias, en tanto Córdoba es a partes iguales peronista y antikirchnerista. Según datos oficiales de 2023, todos esos territorios apenas suman 16,42 % del padrón electoral total, mientras que solo la provincia de Buenos Aires representa el 37,04 % del electorado.

Actualmente, la coalición peronista, carece de mayoría en el Senado y con ello, la capacidad de frenar proyectos del Ejecutivo como la ley Bases, aprobada en medio de protestas sociales en la calle.

Máximo Kirchner, hijo de la expresidenta y el difunto jefe de Estado Néstor Kirchner (2003-2007), líder de La Cámpora -fuerza de choque política del kirchnerismo-, se hizo presente en el acto, pese a su distanciamiento con Kicillof, por su pretensión de “componer una canción nueva” luego de la derrota electoral.

Aunque aseguran mantener la unidad intacta, las diferencias internas son parte del peronismo, en línea con lo que propugnaba el propio Perón: “Cuando el peronismo se pelea, en realidad se está reproduciendo”.

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