San Lucas resucita a Vingegaard y condena a Roglic

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Luis Miguel Pascual

Bolonia (Italia), 30 jun (EFE).- La cota de San Luca dictó su sentencia. La subida de 2 kilómetros y rampas del 10 % que se eleva sobre Bolonia resucitó al danés Jonas Vingegaard, cuyo estado de forma era una incógnita tras la caída que sufrió en la pasada Vuelta al País Vasco, y condenó al esloveno Primoz Roglic.

El corredor del BORA-Hansgrohe fue el gran damnificado del ataque de su compatriota Tadej Pogacar a falta de 500 metros para coronar el segundo paso por el último puerto de la jornada, cuya cima estaba a 12 kilómetros para la meta.

Se dejó 21 segundos en una montaña en la que había demostrado su valía, puesto que se había impuesto en varias ocasiones en la Vuelta a Emilia, que suele tener su meta en ese lugar.

Pero fue el único de los cuatro favoritos que cedió algo de tiempo, puesto que al ataque de Pogacar respondió Vingegaard y, posteriormente, a ellos consiguió sumarse el belga Remco Evenpoel, que arrastró consigo al ecuatoriano Richard Carapaz, por lo que entraron juntos todos los ganadores de grandes vueltas menos Roglic.

"Había que probar las fuerzas", aseguró Pogacar, que señaló que no le sorprendió la respuesta de Vingegaard. "Yo ya dije que si estaba aquí es que estaba en forma y hoy lo hemos confirmado", señaló.

El ganador del pasado Giro buscó para su ataque el momento más propicio, cuando la carretera atravesaba el camino de arcos que conduce hasta el santuario de la Madona de San Luca.

Solo Vingegaard fue capaz de responder, una sorpresa para muchos, puesto que su estado de forma era una incógnita tras la caída que sufrió en la Vuelta al País Vasco que le mantuvo un mes hospitalizado, diez días en cuidados intensivos.

"Era una etapa en la que pensaba que perdería tiempo. Este tipo de finales le vienen mejor a él incluso antes de mi caída, por lo que ahora pensaba que sería peor, porque solo he podido entrenar un mes y medio para preparar el Tour", dijo el danés.

"Pero he podido aguantarle, para mi es una pequeña victoria", señaló el corredor, que dijo sentirse en plena forma, sin secuelas de la caída sufrida y aseguró: "Estoy de vuelta".

Pogacar intentó distanciarle también en la bajada, pero el danés mostró recursos, como hizo el año pasado a cada escaramuza que le montaba el esloveno.

El ganador del Giro, que trata de convertirse en el primero que encadena victorias en la ronda italiana y la francesa desde que en 1998 lo hiciera Marco Pantani, de cuya ciudad natal, Cesenatico, salió la etapa, negó que la respuesta de Vingegaard a sus ataques fuera una sorpresa.

Sí lo fue, dijo, que no estuviera entre los mejores Roglic, que perdió algo de su condición de favorito para acabar en el podio final, aunque todavía queda mucho Tour por delante.

Evenepoel, el cuarto mosquetero, no pudo aguantar el acelerón de Pogacar, pero tuvo fuerzas para enlazar con los favoritos en el tramo final.

"Me falta algo de fuerza para aguantar este tipo de ataques", dijo el belga, que pese a todo se mostró satisfecho de los dos primeros días de competición que mantienen intactas sus opciones en su debut en el Tour.

La sorpresa vino del ecuatoriano Richard Carapaz, que logró seguir la rueda de Evenpoel y entrar con los mejores, por lo que es el cuarto ciclista que se mantiene con el mismo tiempo que el maillot amarillo.

"Esta etapa me da mucha moral para lo que queda", aseguró el ciclista el EF, cuyo estado de preparación no era óptimo tras haber sufrido una caída en la pasada Vuelta a Suiza. EFE

lmpg/arh

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