Mercados llenos, turismo y reconstrucción: la que fue "capital" del EI vuelve a la vida

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Bagdad, 29 jun (EFE).- Hace hoy una década, Abu Bakr al Bagdadi proclamó el "califato" del grupo yihadista Estado Islámico (EI) desde Mosul, la que fue la "capital" de la organización en Irak. Siete años después de su liberación, la ciudad vuelve a rebosar vida entre sus mercados, con algo de turismo y en medio de una reconstrucción.

"La vida empezó a volver a la normalidad en la ciudad de Mosul, los mercados están llenos de productos y de clientes. El movimiento es casi el mismo tanto de día como de noche", dijo a EFE Ahmed Maher, de 32 años, ciudadano de Mosul, la segunda ciudad más grande de Irak.

Mientras observa la mezquita Al Nuri, donde Al Bagdadi proclamó el "califato" y que siempre ha sido un símbolo en Mosul por su minarete inclinado que fue destruido por la organización yihadista en 2017, Maher afirmó que la gente ya ha empezado a notar la reconstrucción de "los servicios públicos, calles, puentes, servicios locales, o la construcción de casas o edificios comerciales por parte del sector privado".

Maher recordó que la ciudad fue "escenario de una gran destrucción" durante el dominio del EI, de 2014 a 2017, y la operaciones de liberación. Según la Unesco, el 80 % de la ciudad fue destruida.

Para Ahmed Omran, de 54 años, habitante del casco histórico de la ciudad, el gobierno local está realizando un "gran esfuerzo" para estos trabajos de reconstrucción, aunque van "lentos".

"Pese a la lentitud, las circunstancias de vida en esta zona han mejorado de manera progresiva y notable para todos, y ya muchas personas reconstruyeron sus casas y comercios", aseveró a EFE.

Destacó el trabajo del ayuntamiento, de las fuerzas de seguridad y otras ONG para "retirar los escombros y reavivar la ciudad antigua arruinada".

La devastación causada por el EI en la zona provocó un número indeterminado hasta hoy de muertes y el desplazamiento de cientos de residentes, que buscaron refugio en otras localidades.

Por otro lado, el dueño de la tienda de alimentos en la ribera oriental de la ciudad, Emad Taha, explicó a EFE que ya "hay movimiento turístico", lo cual ayuda para "el nivel de ocupación de hoteles, restaurantes, cafeterías y centros comerciales".

Samy al Taí, de 42 años, dueño de un restaurante en la zona de los bosques del norte de Mosul, recalcó a EFE que se ven ya turistas de ciudades iraquíes, incluso de otros países árabes y algunos occidentales, "aunque el número no ha alcanzado aún lo deseado".

El teniente coronel Adnan Al Obeidy, de la comandancia de Policía de Mosul, señaló a EFE que la situación de seguridad en Mosul "volvió a una estabilidad total tanto en la propia urbe como en los suburbios. Las fuerzas de seguridad controlan la situación, y despliegan patrullas para impedir cualquier infracción de seguridad" que pueda ocurrir.

Agregó que las fuerzas de seguridad ya han quitado "muchos puestos de control de las calles principales" en Mosul a la luz de "la gran mejora de la situación de seguridad".

Por otra parte, un responsable del ayuntamiento de Mosul, Omar Refaat, recordó a EFE que en la ciudad, capital de la provincia de Nínive, "la mayoría de los edificios gubernamentales, hospitales, colegios, puentes, infraestructuras y casas estaban destruidos".

"Hoy, diez años después de aquella fecha, el visitante ve que todo cambió radicalmente, se han restablecido los servicios de agua, electricidad, en la mayoría de las instituciones sanitarias, escuelas, y se reconstruyeron los puentes", detalló.

"Si hablamos en números, se han reconstruido los cinco puentes que unen los dos lados de Mosul", ciudad atravesada por el río Tigris, y se está construyendo un nuevo puente y otros dentro de la ciudad y sus alrededores", apuntó

Asimismo, "se rehabilitaron siete hospitales grandes, decenas de centros sanitarios secundarios, y se trabaja para reconstruir lo que queda", según el responsable.

Amer Hamid

El Cairo, 29 jun (EFE).- Abu Bakr al Bagdadi se declaró hace una década como el primer líder del grupo yihadista Estado Islámico (EI), un proyecto de protoestado con una ideología radical que logró ocupar amplios territorios de Irak y Siria, cometió un genocidio contra la minoría yazidí y aterrorizó al mundo entero.

Estas son las principales claves de los diez años desde que Al Bagdadi pronunció el sermón en la ciudad iraquí de Mosul, donde se autoproclamó como el primer "califa".

El Estado Islámico, como empezó a llamarse en 2014, llegó a controlar un territorio del tamaño aproximado del Reino Unido.

En Irak, donde la organización casi llegó a las puertas de Bagdad, proclamó Mosul, la segunda ciudad más grande del país, como su capital de facto y el lugar desde donde se reveló ese "califato". En Siria, fue Al Raqa la urbe en la que se instaló la capital.

Ambos lugares se convirtieron en las principales batallas que libró la coalición antiyihadista encabezada por Estados Unidos para derrotar territorialmente al EI, que causó una gran destrucción en las ciudades y un número de civiles muertos que aún están sin contabilizar.

El foco de Occidente se puso en este grupo cuando comenzó a publicar vídeos de ejecuciones extrajudiciales, sobre todo de extranjeros.

En agosto de 2014, se difundió un vídeo que sobrecogió al mundo entero: la decapitación frente a la cámara del periodista James Foley, el primer estadounidense en morir a manos del EI.

La organización publicó a través de sus órganos de propaganda más escenas de asesinatos contra otros rehenes, siendo el del piloto jordano Moaz al Kasasbeh, quemado vivo en una jaula en enero de 2015, de los que más impactó.

Pero lo que sin duda puso en guardia y en alerta máxima en el mundo, sobre todo en los países occidentales, fueron los trágicos atentados que el EI reivindicó.

El 13 de noviembre de 2015, ocurrió en Francia su peor masacre en más de 50 años: 131 personas murieron, entre ellas 90 en la sala de conciertos Bataclan, en una serie de ataques coordinados.

Bélgica, España y el Reino Unido sufrieron entre 2016 y 2017 otras masacres asumidas por el EI, que indicó que se realizaron por su participación en la coalición antiyihadista.

En otros países, como Rusia, Irán y Egipto, también han ocurrido grandes atentados de la organización extremista que han acabado con la vida de centenares de personas. Los ataques se ha producido incluso este año: el 3 de enero en la ciudad iraní de Kermán, con 103 muertos; y el pasado 22 de marzo en la sala de conciertos Crocus City, a las afueras de Moscú, con 145 fallecidos.

Dos de las aristas más importantes de la organización ha sido la máquina mediática de propaganda, que produjo vídeos y revistas: 'Dabiq', en inglés y cuya última edición fue en julio de 2016; y en árabe, el semanario 'Al Naba', que aún sigue publicándose.

Esta propaganda sedujo a miles de hombres y mujeres, que decidieron por su propia voluntad emprender un viaje para entrar ilegalmente a Siria y unirse a las filas del EI.

De acuerdo a diferentes estudios, se cifraba en más de 53.000 hombres, mujeres y menores de unos 80 países los que se unieron al grupo entre 2013 y 2019.

La ONU ha reconocido que el EI cometió genocidio contra la minoría yazidí durante la ocupación de la organización.

"Miles de personas fueron asesinadas, ejecutadas en masa, fusiladas mientras huían o muertas por exposición en el monte Sinyar mientras intentaban escapar", según la ONU.

Además, miles más fueron "esclavizadas, con mujeres y niños secuestrados de sus familias y sometidos a los abusos más brutales, incluidas violaciones en serie y otras formas de violencia sexual insoportable".

Los yazidíes son una ancestral y pequeña comunidad religiosa originaria del norte de Irak, que en 2014 fue brutalmente perseguida por el EI y unos 5.000 hombres fueron asesinados, cerca de 7.000 mujeres y niños secuestrados, y un total de 300.000 desplazados de sus hogares en la región iraquí de Sinyar.

Pese a que su capacidad central se haya visto mermada, las filiales que tiene la organización por el mundo se han hecho más fuertes.

La rama del Jorasán, activa en Irán y Asia Central; y las del Sahel, África Occidental y Mozambique son las más fuertes en la actualidad.

Isaac J. Martín

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