AfD pide respeto en Europa en su congreso mientras miles protestan contra la ultraderecha

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Berlín, 29 jun (EFE).- La ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) reeligió hoy a su cúpula en su 15º congreso, celebrado en el recinto ferial de la ciudad de Essen (oeste del país) y en cuyas inmediaciones se concentraron miles de personas para protestar contra esta formación.

Entre las conclusiones del congreso, AfD destacó su petición de respeto a esta formación en Europa y advirtió de que seguirá defendiendo sus ideas también en la Eurocámara, donde trata de crear un nuevo grupo de extrema derecha.

Según el movimiento "Resistencia", organizador de la protesta contra el congreso, entre 50.000 y 70.000 manifestantes de 50 ciudades viajaron a Essen y corearon lemas como "derechos humanos en lugar de ultras" y contra la "propaganda nazi" y el "fascismo" de AfD.

Unos 4.000 policías se desplegaron en varios puntos de la ciudad para garantizar la seguridad de los 600 delegados de la AfD, que tuvieron que sortear vallas y sentadas de manifestantes que intentaban bloquear el acceso a la Grugahalle, en el recinto ferial.

Algunos tuvieron que ser escoltados por agentes, que tuvieron que intervenir en dos ocasiones con gas pimienta y porras para detener a algunos grupos que intentaban violentamente romper los cordones policiales.

Las fuerzas de seguridad detuvieron a "varias" personas, mientras que nueve policías resultaron heridos durante acciones violentas de manifestantes.

El congreso comenzó con retraso debido a las dificultades que tuvieron los delegados de llegar al recinto ferial, donde la Alcaldía había izado banderas de la UE y del movimiento LGTBI+ aprovechando la celebración del Día del Orgullo.

El alcalde de Essen, el conservador Thomas Kufen, intentó anular el contrato de alquiler que la AfD firmó en enero con la Grugahalle, el recinto donde se celebró el congreso, después de que saliera a la luz una reunión secreta en noviembre en Potsdam, donde miembros del partido presuntamente debatieron planes para expulsar a millones de migrantes, incluidos nacionalizados.

La AfD está vigilada por la Oficina Federal para la Protección de la Constitución (servicios secretos alemanes) como presunta organización extremista.

Pese a este escándalo y los protagonizados por los dos principales candidatos a las elecciones europeas del 9 de junio, Maximilian Krah y Petr Bystron, por haber trivializado sobre las SS de la época nacionalsocialista y haber recibido supuestos sobornos de Rusia, respectivamente, la AfD quedó como segunda fuerza de Alemania y fue la más votada en el este de Alemania.

Las declaraciones sobre las SS de Krah supusieron que AfD fuera expulsada del grupo Identidad y Democracia (ID) en la Eurocámara ( uno de los dos considerados de extrema derecha, junto con los Conservadores y Reformistas, ECR), y del que también forman parte la Agrupación Nacional francesa (RN) o la Liga italiana.

Weidel arremetió contra la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, quien no quiere acoger a AfD en el grupo de ECR y contra la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, perteneciente a la primera fuerza de Alemania, la conservadora Unión Cristianodemócrata (CDU), integrada en el Partido Popular Europeo (PPE), la primera fuerza de la Eurocámara tras los comicios del pasado 9 de junio.

"Los intereses de nuestro país no incluyen la redistribución y el regalo del dinero de nuestros impuestos a los Estados deudores de Europa. Definitivamente, esto no incluye tirar nuestra riqueza nacional por la ventana para las Von der Leyen y Melonis en Europa", indicó Weidel.

 Crear un nuevo grupo de extrema derecha

"Los intereses de Alemania y Europa también incluyen el hecho de que Ucrania no forme parte de la Unión Europea", dijo.

"Quien quiera unirse a nosotros en este camino será bienvenido", añadió Weidel, quien sostuvo que su partido "va por buen camino para crear un grupo parlamentario que se mantenga firmemente en los próximos cinco años".

Su compañero en la codirección del partido, Tino Chrupalla, reelegido con casi el 83 % de los votos, afirmó que la AfD "no quiere una melonización", en referencia a Meloni, quien, a diferencia del partido alemán, es firme en su defensa de Ucrania y las sanciones contra Rusia.

También dijo, sin mencionar a Le Pen, que el partido "no debe tolerar injerencias en nuestros asuntos por parte de Francia o Italia".

"¡Estamos aquí y nos quedaremos!", exclamó Weidel, quien, como era de esperar, abogó durante buena parte de su discurso por una política migratoria dura.

La política ultraderechista pidió la dimisión del Gobierno de coalición alemán, formado por socialdemócratas, verdes y liberales, entre otras cosas por sus "políticas hippies" a la hora de acortar los plazos para obtener la ciudadanía alemana y arremetió contra la política de puertas abiertas de la CDU establecida en 2015 por la entonces canciller alemana, Angela Merkel.

Céline Aemisegger

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