Las tandas de penaltis son de Cádiz

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Sevilla, 28 jun (EFE).- El inventor de las tandas de penaltis era de Cádiz, se llamaba Rafael Ballester Sierra y este viernes ha sido nuevamente reivindicado en el noveno aniversario de su muerte por el conjunto gaditano al destacar que este periodista 'forma parte de la historia del fútbol mundial'.

Como el Constitucionalismo español con 'La Pepa' (1812), el primer sorteo de la Lotería de Navidad, en ese mismo año, o la tortilla francesa, en el asedio napoleónico de la ciudad, cada vez que un partido de la Eurocopa de Alemania se dilucide desde los once metros, en Cádiz residen sus derechos de autor.

Pese a que la gloria del invento se la llevó finalmente un árbitro alemán llamado Karl Wald, quien la hizo suya en 1970 como relató el historiador del Cádiz Juan Sevilla en la revista 'Nuestro Cádiz', fue Ballester el ideólogo de las tandas de penaltis para desempatar partidos encasquillados y lo puso en práctica en el Trofeo Carranza de 1962.

El Ayuntamiento de Cádiz le encargo entonces a Rafael Ballester, que era miembro del comité organizador del Trofeo Carranza, que idease una fórmula para decidir el ganador de un torneo en el que no era viable jugar, como se hacía en esas fechas, un partido de desempate.

Fue entonces cuando el periodista ideó la fórmula de los cinco penaltis tras acabar un partido en empate y en el primero que se puso en práctica fue en un Zaragoza-Barcelona que acabó igualado en los noventa minutos y la prórroga: volvieron a empatar en la primera serie y los maños perdieron al marrar el primero de la segunda.

En la década de los sesenta del siglo pasado no había más penaltis que los del tiempo de juego y los partidos se decidían con la repetición o, como en el caso de la Eurocopa de 1968, con el lanzamiento de una moneda al aire.

Juan Sevilla desveló en su día que Rafael Ballester trasladó a la FIFA su idea y que ésta prometió estudiarla, aunque Wald se le adelantó en 1970, la trasladó a la Federación Alemana de Fútbol y ésta la elevó a instancias superiores que ya, pese a las reticencias, la pusieron en práctica años más tarde.

Fue en la Eurocopa de 1976 entre Checoslovaquia y Alemania Federal cuando, el 20 de junio de aquel año en el Estadio Estrella Roja de Belgrado, en la extinta Yugoslavia, se estrenó la fórmula que había ideado un gaditano catorce años antes y en la que pasó a la posteridad el penalti con el que el checo Antonin Panenka le dio el título a su selección con esa pasmosa sangre fría que ha acuñado esa forma de lanzar para los restos.

La primera vez que hubo penaltis en un Mundial fue en el de España de 1982, cuando en semifinales Alemania, entonces República Federal, eliminó a la rutilante Francia de Michel Platini, Alain Giresse y Dominique Rocheteau; y fue en Estados Unidos en 1994 cuando un Mundial se decidió desde los once metros: falló Roberto Baggio y Brasil le ganó a Italia.

La FIFA felicitó a Wald, pero el Cádiz sigue reivindicando a Rafael Ballester, a quien nombró en 1995 pregonero del Carranza y a quien hoy recuerda y reivindica como un hito en 'la historia del fútbol mundial'. EFE

cb/nam

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