En la zona con más extranjeros en Francia, RN preocupa menos que el cisma izquierdista

Guardar

Nuevo

Antonio Torres del Cerro

Drancy (Francia), 28 jun (EFE).- En la zona de Seine-Saint-Denis (noreste de París), la que cuenta con más extranjeros en Francia, la ultraderechista Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen preocupa menos que el cisma en la izquierda.

"¿No ves que es la extrema derecha la que está a las puertas del poder? ¿Por qué gastar energía en meterse con los socialistas"?, se indigna ante un elector la franco-chilena Raquel Garrido, diputada saliente que concurre a los comicios del 30 de junio y el 7 de julio fuera de la coalición oficial de izquierdas.

Ese elector se llama Luis Sánchez, un emigrante español nacido en la localidad extremeña de Valverde de la Vera y que llegó al departamento de Seine-Saint-Denis (noreste de París) cuando tenía solo 5 años.

Al término de la charla, el septuagenario parece haber cambiado de tono. "Estoy de acuerdo, hay que centrarse en combatirlos (a la extrema de derecha). Todos los días", concede, en medio del bullicio del mercado de Drancy, una de las ciudades de Seine-Saint-Denis.

Este departamento, que cuenta con un 25 % de extranjeros entre sus 1,7 millones de habitantes, suele copar titulares de la prensa por el tráfico de drogas y la violencia, pero también está considerado un enriquecedor crisol de lenguas y culturas del que han salido la cantante Aya Nakamura (Aulnay-sous-Bois) y el futbolista Kylian Mbappé (Bondy), entre otros.

En Drancy, poblaciones de origen del Magreb, del África subsahariana, de Oriente Medio y de Europa acuden el viernes por la mañana a su concurrido mercado público, que se encuentra cerca de las ciudades de Saint-Denis y Saint-Ouen, donde se celebrarán numerosas pruebas de los JJ.OO. de París.

Garrido, que ha sido una de las figuras más mediáticas de la izquierda en los últimos años, se afana en repartir propaganda electoral y, sobre todo, en hacer pedagogía.

  Elegida diputada en 2022 por la izquierda contestataria de La Francia Insumisa (LFI), la franco-chilena no obtuvo la investidura por parte de la dirección de su partido para integrar la coalición progresista del nuevo Frente Popular, que también agrupa al Partido Socialista (PS), a los Ecologistas y a los Comunistas.

Purgada por su partido por haber criticado abiertamente el liderazgo vertical de Jean-Luc Mélenchon, Garrido decidió aventurarse por su cuenta -reivindicándose del Frente Popular- para ser reelegida en la quinta circunscripción de Seine-Saint-Denis, que engloba Drancy, Le Bourget y Bobigny.

 Esta abogada, nacida Valparaíso en 1974 y exiliada durante la dictadura de Augusto Pinochet, no ha sido la única figura del LFI excluida. Los también diputados salientes Alexis Corbière, que es su marido, y Danielle Simonnet se presentan por su cuenta por otra circunscripción de Seine-Saint-Denis y por el distrito XX de París, respectivamente.

"Hay mucha gente indignada con la situación (cisma entre las izquierdas) y con temor a la extrema derecha. Y es lógico", asume Garrido, quien, en su panfleto electoral, muestra el respaldo que le brindan varias figuras del mundo asociativo, sindical y local de Drancy y Bobigny.

Para acceder al segundo turno, ella tendrá que pugnar contra el candidato oficial del Frente Popular, Aly Diouara, para una previsible segunda vuelta ante Aude Lagarde, alcaldesa conservadora de Drancy y esposa de Jean-Christophe Lagarde, influyente diputado de la zona durante dos décadas.

Diouara "ni siquiera ha venido hoy a hacer campaña. Demuestra un poco su escasa voluntad de ganar", sostiene Garrido, quien prefiere no perder más el tiempo con luchas intestinas.

Los macronistas no se presentan en la circunscripción de Garrido, pero sí RN, aunque su probabilidad de llegar la segunda vuelta es más que remota. "Ellos no necesitan hacer campaña en el terreno, ya tienen la televisión", anota la franco-chilena.

"Vamos a votar el 30 y el 7, ¿eh?". Mustapha, estudiante de origen senegalés, y su colega también estudiante Denis, de raíces turcas, desmontan el tópico de la juventud abstencionista de Seine-Saint-Denis.

"Ya había votado en las otras legislativas (2022) a Raquel Garrido", agrega el joven de 23 años, vestido con una sudadera del club de fútbol alemán del Wolfsburgo.

"Cada voto cuenta", le interrumpe Denis, ataviado con una gorra. "La inflación, el alza de precios, eso ha afectado a todo el mundo", añade el veinteañero, acerca de lo que más les afecta en el día a día.

Con buenas probabilidades de ganar en las legislativas e imponer un gobierno ultraderechista al presidente Emmanuel Macron, el RN ha atacado sin tregua zonas dormitorio como las de Drancy por considerarlas áreas que han caído en el "integrismo islámico, la violencia y la delincuencia" por culpa de la inmigración.

¿Y si el ultraderechista Jordan Bardella acaba como primer ministro? "No tengo ni idea qué va a pasar (tras las elecciones). A título personal, no tengo miedo, aunque hay muchos que sí lo tienen", finaliza Mustapha. EFE

atc/rcf/pddp

(foto) (vídeo)

Guardar

Nuevo