Nuakchot, 28 jun (EFE).- Cerca de 1,9 millones de mauritanos están convocados a votar este sábado en la primera vuelta de las elecciones presidenciales, que presenta a siete candidatos en competencia y donde el favorito es el presidente saliente, Mohamed Ould Ghazouani.
Además de Ghazouani, de 67 años, la lista de aspirantes incluye al líder del partido islamista Tawassoul, Hamadi Ould Sid’el Moctar, y al activista contra la esclavitud Biram Abeid Dah.
Moctar es el líder de la oposición democrática, un puesto constitucional asignado al partido político opositor con el mayor número de escaños en el Parlamento, mientras que Dah quedó en segundo lugar en las últimas elecciones presidenciales de 2019.
Los otros cuatro candidatos son el neurocirujano Outouma Soumaré, el representante del partido Alianza por la Justicia y la Democracia (AJD-MR), Mamadou Bocar, el abogado El Id Mohameden y el funcionario estatal Mohamed Lemine Elwavi.
Soumaré y Bocar son dos afrodescendientes del valle del río Senegal, mientras que Mohameden es un joven haratine (descendiente de antiguos esclaves).
La esclavitud fue oficialmente abolida en Mauritania en 1980, pero persistió de forma velada, y en 2007 una nueva ley definió el delito de esclavitud y sus penas, para ser de nuevo reformulada en agosto de 2015, declarando el delito como imprescriptible y como crimen contra la humanidad.
Aunque el proceso electoral está supervisado en su conjunto por una Comisión Electoral Nacional Independiente (CENI), los candidatos de la oposición no han dejado de criticarla, acusándola de favorecer al presidente saliente.
En particular, le reprochan no hacer nada para evitar la implicación directa de altos funcionarios del Estado y bienes públicos en la campaña de Ghazouani.
Estos candidatos también han denunciado la negativa de la CENI a su solicitud colectiva de revisión del censo electoral por un experto internacional independiente.
Además, han lamentado las declaraciones atribuidas a algunos líderes de la campaña del presidente saliente en las que amenazan a los votantes que no apoyen a Ghazouani con privarles de los beneficios otorgados por el Estado.
La campaña electoral se desarrolló en un contexto tenso. Por ejemplo, se han producido incidentes aislados en la capital económica, Nuadibú, en el norte del país, donde grupos de jóvenes atacaron un mitin de campaña de Ghazouani, destrozaron equipos y amenazaron a los asistentes.
Inmediatamente después de los hechos, una unidad de la Gendarmería detuvo en su domicilio al representante en esa ciudad del movimiento antiesclavista Iniciativa de Resurgimiento del Abolicionismo (IRA), liderado por el candidato presidencial Dah.
Inicialmente, Dah sostuvo que sus miembros solo coreaban consignas contra la campaña de su rival, lo que consideraba dentro del marco de la libertad de expresión, antes de retractarse más tarde y negar que los alborotadores pertenecieran a su organización.
En respuesta a estos acontecimientos, el Ministerio del Interior de Mauritania se ha alineado, en un comunicado, con la teoría de agresión por parte de los partidarios de un "candidato contra los de otro", sin nombrar a nadie en concreto.
Por otro lado, el ministerio ha sido inflexible al amenazar con actuar con mano dura contra cualquier parte que se atreva a amenazar la seguridad y la tranquilidad del proceso electoral, independientemente de su naturaleza y origen.
La tensión se ve exacerbada por el bloqueo legal de la candidatura del expresidente Mohamed Ould Abdel Aziz (2008-2019), quien cumple una condena de cinco años de prisión por enriquecimiento ilícito y lavado de dinero.
Los partidarios de Abdel Aziz consideran que el poder ha impedido que los consejeros municipales, de los cuales tiene casi la totalidad, otorguen el número de patrocinios requeridos al exjefe de Estado para poder presentarse a los comicios.
El uso masivo de las redes sociales por parte de los mauritanos tampoco facilita las cosas, ya que a menudo amplifican, a veces erróneamente, las tensiones entre los diferentes protagonistas.
Se prevé una posible segunda vuelta el 13 de junio, aunque los observadores políticos mauritanos esperan que Ghazouani gane en la primera vuelta.