Brasilia, 26 jun (EFE).- El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, consideró este miércoles que los conflictos entre el Parlamento y la Corte Suprema "no ayudan a la democracia" y citó como ejemplos las polémicas que enfrentan a ambos poderes por asuntos de drogas y el aborto.
En ambos casos, el mandatario consideró en una entrevista con el portal UOL que se debe escuchar más "a la ciencia" y trabajar sobre las bases de legislaciones y reglas ya en vigor, a fin de evitar que se generen rivalidades que no ayudan y que no son buenas para la democracia".
En las últimas semanas, el conflicto institucional entre la Corte Suprema y la mayoría conservadora del Parlamento ha ido en aumento por cuestiones relacionadas con la llamada "agenda de valores y costumbres" que impulsan grupos de ultraderecha.
En relación al aborto, que es permitido en Brasil en casos de anencefalia del feto, riesgos para la vida de la madre o violación, el Parlamento discute un proyecto que endurece esas normas y hasta castiga penalmente a la mujer violada que interrumpa su embarazo después de 22 semanas.
Lula aseguró que ese proyecto propone una "carnicería para las mujeres", porque incluso castiga con penas más severas a la mujer violada que a su violador, y reiteró que, aunque es personalmente contrario al aborto, el asunto debe ser tratado desde la óptica de la "salud pública".
En relación a las drogas, el Supremo se pronunció este martes por despenalizar la posesión de pequeñas cantidades de marihuana, en momentos en que el Parlamento debate criminalizar todas las drogas ilícitas, incluida esa hierba.
Según Lula, "es noble" que se diferencie correctamente al usuario y al narcotraficante, pues el consumo de marihuana tampoco es un asunto de materia penal, sino de "salud pública".
Consideró además que "eso debería ser tratado por la ciencia", que "ya lo ha aprobado en muchos lugares del mundo", al punto de que la marihuana "hoy es usada en muchas industrias, hasta para hacer medicamentos".
Aún así, apuntó que la Corte Suprema "tampoco se tiene que meter en todo" y que las "disputas por vanidades" entre dos de los poderes del Estado "no ayudan a la democracia".