Dusseldorf (Alemania), 25 jun (EFE).- Desde la Eurocopa de 1996, el equipo de observadores técnicos de la UEFA elige al mejor de todos los jugadores de cada fase final del torneo continental, desde el alemán Matthias Sammer, que inauguró ese trofeo como tal, hasta el italiano Gianluigi Donnarumma, pasando por los franceses Zinedine Zidane y Antoine Griezmann, los españoles Andrés Iniesta y Xavi Hernández y el griego Theodoros Zagorakis.
Sammer lo fue en 1996, cuando su selección se proclamó campeona sin una sola derrota, con cuatro victorias y dos empates, tras imponerse en la final a la República Checa.
El centrocampista, ya retirado, jugó todos los partidos y marcó dos goles, uno de ellos crucial para el pase del conjunto germano a las semifinales frente a Croacia. El decisivo 2-1.
Zinedine Zidane fue el mejor en el año 2000. El líder de Francia, la campeona de Europa. Su fútbol increíble aportó dos goles y una asistencia al equipo galo, que ganó cinco de sus seis duelos. Sólo perdió en la última jornada de la fase de grupos con Países Bajos (2-3), superó en cuartos de final a España (1-2), en la semifinal a Portugal (2-1) y en la final a Italia (2-1).
La sorprendente Grecia de 2004 también conquistó el premio al mejor futbolista en aquella edición en Portugal: Theodoros Zagorakis.
Su única participación en el torneo fue un éxito para la eternidad en su país, ganador contra los pronósticos. Tras superar la primera fase con cuatro puntos de nueve posibles, venció 0-1 a Francia, 1-0 a República Checa y 0-1 a la anfitriona para proclamarse campeona de Europa por primera y única vez en su historia.
Después fue el ciclo de España, campeón de dos Eurocopas y un Mundial de 2008 a 2012.
La hegemonía del fútbol imponente, sublime e incontestable del equipo dirigido primero por Luis Aragonés en la Eurocopa 2008, con Xavi Hernández como referencia ineludible y como mejor jugador de aquella edición, y después por Vicente Del Bosque, campeón en 2012, entonces con Andrés Iniesta como MVP en la cita de Polonia y Ucrania 2012. Nadie enlazó dos títulos europeos jamás en la historia de la competición. Ni antes ni después.
El premio de 2016 fue para Antoine Griezmann, el primero y el único de todos que fue designado el mejor jugador de la Eurocopa sin haber sido campeón.
Aquella edición en casa perdió en la final contra Portugal en la prórroga (1-0). Fue la única derrota de los 'bleus'. Su 'Principito' marcó seis goles (cinco entre octavos, cuartos y semifinal) y dio dos asistencias.
En la Eurocopa 2020, disputada en 2021 por la pandemia de COVID, se estrenó como ganador un portero: Gianluigi Donnarumma.
Héroe italiano en la final decidida en la tanda de penaltis contra Inglaterra en el estadio de Wembley en Londres, con tres penaltis parados, busca ahora sucesor en Alemania 2024. Él defiende título como vigente campeón. EFE
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