‘Donde me siento vivo’, el libro del amor a la montaña del chileno Mohr fallecido en el K2

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María José Rey

Santiago de Chile, 20 jun (EFE).- Los montañistas se ven como “conquistadores de lo inútil”, advierte el escritor Matías Rivas en una entrevista a EFE, sobre su libro “Donde me siento vivo” (Planeta, 2024), un perfil del escalador chileno Juan Pablo Mohr, fallecido en 2021 en el K2, en el intento de su sexta cima por encima de los 8.000 metros en el Himalaya.

“El lugar donde murió y las circunstancias que lo llevaron a ese desenlace queda bastante claro. Que su muerte sea un misterio le agrega mayor magnetismo a la historia”, comenta el periodista chileno, de 31 años, quien también es escalador.

El autor explica que entre montañistas es muy común decir que la muerte te puede llegar en cualquier lugar. Por eso, para Mohr esa no era una razón para dejar de hacer lo que amaba.

“Saber cuáles fueron sus últimos pensamientos es realmente un misterio”, dice Rivas, porque Mohr no escribía más que bitácoras. A través de la investigación y entrevistas con familiares, amigos y escaladores que lo conocieron, el escritor comprendió que en su interior “se comenzó a figurar una suerte de aceptación de su destino”.

De la expedición a la ‘montaña salvaje’, la segunda más alta del mundo y nunca hecha en invierno, “saldrá un documental pronto en alguna plataforma”, acota Rivas. Ahí también murieron ese año otros cuatro escaladores, entre ellos el compañero de Mohr Sergi Mingote –semanas antes– y los otros dos que hicieron el ascenso final con el chileno.

“Sabía que escalaba sin oxígeno, pero no veía en él ese romanticismo de otros montañistas”, reconoce el autor, quien entendió la magnitud de ese proyecto, lo cual le alentó a no seguir ignorando su historia.

“Sentí una curiosidad muy grande por entenderlo, porque vi muy claro que no era por plata o fama. Nadie hace el K2 por esas razones tan frívolas, porque es muy probable que no vuelvas y es mucho sufrimiento involucrado”, comenta.

Rivas logra explicar el montañismo y sus términos más técnicos con una narración simple a través de la historia que quería contar y, así, aportar a la literatura sobre el tema, escasa en Chile: “Dos tercios del territorio son montañas y nunca podía encontrar un libro de montaña en las librerías”.

La posición en la que encontraron el cuerpo de Mohr evidencia que descendía. ¿Llegó a la cima? “Se dice que la verdadera cumbre está cuando llegas sano y salvo al campo base, o más aún, a tu casa. En ese sentido no lo lograron”, afirma sobre los tres escaladores que quedaron sepultados allí.

“Lo más importante de esta historia es el momento en que están tomando las decisiones para ir o no a la cumbre. Creo que es muy complicado obtener la verdad o algo que se acerque a ella”, señala. Y agrega: “Los montañistas dicen que la montaña habla, y que el K2 estaba hablando mucho en esa expedición”.

Un grupo de nepalíes liderados por Nirmal Purja anunciaron haber conquistado primero el K2 ese invierno sin oxígeno artificial, pero se reservaron detalles clave. “Mi conclusión es que los nepaleses preferían que nadie más lograra la cumbre esa temporada”, puntualiza.

“La literatura de montaña enseña que los montañistas no son necesariamente seres nobles y que dicen siempre la verdad. El montañismo está lleno de mentiras, engaños y traiciones”, destaca.

Mohr era prácticamente inmune al mal de altura. Muy pocos montañistas suben al Everest sin oxígeno suplementario –precisa–. “Cuando tienes un don, algo que te diferencie tanto del resto, es un poco irresistible querer usarlo”, comenta.

Rivas perfila a un Mohr independiente, que decía que “si no estaba en los cerros se sentía incompleto”, pero que también trataba de acercar la montaña a sus tres hijos y a la gente con proyectos como la Fundación Deporte Libre, las Torres de los Silos, los refugios de ‘Los 16 de Chile’.

“No tenía una presión de querer honrarlo, quería que fuera justo”, asegura.

Una vida enfrentando al miedo una y otra vez “es como un fuego en la sangre”, dice Rivas. Y añade: “Lo que se vive, es una sensación de libertad muy profunda, muy amplia. Las cumbres son espacios de libertad”. Una conquista de sí mismo. EFE

mjr/mfm/jpd

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