Somalia podría conceder acceso al mar Rojo a Etiopía, pero rechaza una base naval etíope

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Mogadiscio, 24 jun (EFE).- El presidente de Somalia, Hassan Sheikh Mohamud, se mostró abierto este lunes a conceder acceso al mar Rojo a la vecina Etiopía, pero rechazó cualquier plan de establecer una base naval etíope en la costa somalí, tras el polémico acuerdo entre Adís Abeba y la región somalí autoproclamada independiente de Somalilandia.

"Si Etiopía quiere tener acceso al mar de Somalia, le damos la bienvenida pero queremos que Etiopía tenga acceso de la misma manera en que Uganda tiene acceso al mar de Kenia, de la misma manera en que Burundi y Ruanda tienen acceso al mar de Tanzania (...) y de la misma manera en que Etiopía tiene acceso al mar de Yibuti", dijo Mohamud.

El mandatario lanzó este mensaje al intervenir en una conferencia sobre integración regional celebrada en la capital somalí, Mogadiscio.

"Olvídense de desplegar fuerzas navales en Somalia y de tener una base naval en Somalia", aseveró Mohamud.

Este es el último episodio en la crisis diplomática desatada entre los dos países vecinos el pasado 1 de enero, cuando Etiopía y Somalilandia firmaron un memorando de entendimiento para garantizar el acceso del primero, un país sin litoral, al mar Rojo.

El pacto permitiría a Etiopía obtener una base naval permanente y servicio marítimo comercial en el golfo de Adén por medio de un acuerdo de arrendamiento de veinte kilómetros de costa durante cincuenta años.

A cambio, según el presidente de Somalilandia, Muse Bihi Abdi, Etiopía reconocería ese territorio como un país independiente, si bien Etiopía matizó que todavía debe evaluar esa petición.

El acuerdo fue considerado ilegal y anulado por Mohamud, mientras la Unión Africana (UA), la Unión Europea (UE) y la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo (IGAD, bloque de ocho países de África oriental), entre otros, pidieron reducir la tensión por medio del diálogo, una petición secundada por el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres.

Pero, incluso después de que los ministros de Asuntos Exteriores del Grupo de los Siete (G7) -países más desarrollados- se uniesen a esa demanda, el Gobierno somalí rechazó cualquier diálogo si no se cancela antes el pacto.

En plena escalada de la tensión, Mogadiscio ordenó el pasado abril el retorno a su país del embajador etíope en Somalia y el cierre de dos consulados etíopes en las regiones de Somalilandia y Puntland.

Asimismo, las autoridades somalíes han amenazado con expulsar a las tropas etíopes presentes en el país, ya sea por medio de acuerdos bilaterales o bajo la Misión de Transición de la Unión Africana en Somalia (ATMIS).

"Mientras Etiopía persista en violar nuestra soberanía, integridad territorial e independencia política, no podemos considerarla y no la consideraremos una aliada para promover la paz y la seguridad en la región", afirmó a través de la red social X a principios de junio el asesor nacional de seguridad de Somalia, Hussein Sheik-Ali.

Somalilandia, un protectorado británico hasta 1960, no está reconocida internacionalmente, aunque tiene constitución, moneda y Gobierno propios e incluso un mejor desarrollo económico y mayor estabilidad política que Somalia.

La región declaró su separación de Somalia, excolonia italiana, en 1991, año en el que fue derrocado el dictador somalí Mohamed Siad Barré. EFE

mkm/lbg/fpa

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